¿Cómo atajar las rabietas de nuestros hijos en público?

Dos niños sentados en un sofá en una sala de estar, haciendo una rabieta con las cejas fruncidas y expresiones de enfado. Detrás de ellos, dos adultos están sentados, también con expresiones serias. El ambiente es un espacio interior acogedor con un sofá de color claro e iluminación suave

En la entrada anterior, bastante larga, os hablábamos sobre qué cosas no debemos hacer cuando nuestros hijos e hijas estallan en una rabieta en público. Ante todo, os decíamos que es normal que os avergüence, dado que se trata de una situación incómoda, pero os marcamos algunas pautas que no debéis seguir bajo ningún concepto si queréis atajar la rabieta. Ahora bien, lo que no os dijimos, debido a la extensión que el texto comenzaba a alcanzar, es la forma adecuada de resolver estos conflictos. 

Cuando una rabieta se desata en un lugar público, lo más importante es centrarnos en nuestros hijos e hijas y no en las miradas ajenas. Por esa razón, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas estrategias que podéis llevar a cabo para resolver estas situaciones de forma adecuada. 

¿Cómo resolver las rabietas en público?

niño enfadado haciendo rabieta

Como siempre os decimos, cada niño o niña es diferente, pero esperamos que nuestros consejos os ayuden.

  • Mantener la calma. Básico y fundamental, aunque no por ello menos difícil. Antes de reaccionar, tomémonos un segundo para respirar profundo y recordar que somos los adultos de la situación. Nuestro trabajo no es añadir más leña al fuego en ese momento de crisis, sino poner el punto de cordura. 
  • Validar sus emociones. Esto contribuye a que nuestro hijo o hija se sienta comprendido y puede ayudarle a calmarse. Aunque generalmente estas muestras de empatía no son suficientes para detener una rabieta, sí pueden ayudar en algunos casos y hacer que los peques se sientan queridos y apoyados. 
  • Hablar con frases cortas y firmes. Podríamos hilarlo con el punto anterior. Por ejemplo: Sé que estás enfadado y lo comprendo (validación), pero no podemos comprar ese juguete ahora (firmeza).
  • Utilizar contacto físico, si lo acepta. En la entrada anterior os dijimos que esto no debíamos forzarlo, puesto que podría agobiar al chiquillo. Sin embargo, un abrazo o una caricia pueden calmarlo si está receptivo.
  • Reducir los estímulos. Cuando la rabieta se desencadene, llevarlo a un lugar más tranquilo donde poco a poco pueda calmarse, lejos de miradas que lo hagan sentir más incómodo o aumenten sus nervios.
  • No alargar la negociación. Si nuestro peque no deja de gritar, debemos mantenernos firmes y esperar a que se calme. Sabemos que es difícil, pero es una batalla que cuanto antes ganemos, aunque al cabo de un rato nos duela la mandíbula o la cabeza del estrés, mucho mejor. 
  • Dar tiempo. Muchos de los puntos anteriores tienen una efectividad limitada, puesto que lo que más necesitan los niños y niñas cuando tienen un berrinche es tiempo. No siempre vamos a poder ayudarlos de la forma que nos gustaría, pero siempre podemos ser pacientes y demostrarles que estaremos a su lado en sus momentos más difíciles.

Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

¿Cómo atajar las rabietas de nuestros hijos en público?
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