¿Cómo educar a los niños en el respeto y la empatía?

niña ayudando a ponerse la zapatilla

Lo primero que debemos hacer es diferenciar dos conceptos muy distintos. No es lo mismo educar de manera respetuosa, que hacerlo para que nuestros hijos e hijas sean respetuosos con otros niños y niñas. Sabemos que los términos pueden asemejarse, pero el significado es muy distinto. Más bien, lo que pretendemos con esta entrada es mostrar la importancia de que nuestros peques aprendan lo antes posible a tratar como iguales al resto de sus compañeros de clase o amiguitos, independientemente de su aspecto físico, edad u otros detalles que se les antojen dispares a ellos. Y esa tarea comienza en nosotros mismos, dado que no podemos olvidar que los niños aprenden por imitación, viendo y escuchando lo que sus papás y mamás dicen y hacen. 

¿Nunca os habéis preguntado por qué cierto niño o niña se burlaba de otro o le pegaba cuando erais pequeños? Tal vez el origen de su enfado e inquina no residiera en algo personal contra el foco de sus ataques, sino en su propio hogar: falta de atención, de amor, o malas conductas que le sirvieran como ejemplo para relacionarse con los demás. Por lo que, para aplacar su frustración y tristeza, se comportaba de manera inapropiada con sus compañeros, muchas veces con el objetivo de despertar una reacción en sus seres queridos o hallar un sentimiento de aprobación erróneo en otros niños. En consecuencia, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunos consejos para educar en el respeto y la empatía. 

Claves para educar niños respetuosos con los demás

niños en el huerto de mi cole

Algunos de los ítems que os vamos a proponer ya los habréis visto en otras entradas, pero no por ello dejan de ser fundamentales para obtener el resultado que deseamos. 

  • Dedicarles tiempo y atención. Sí, lo hemos repetido hasta la saciedad. Pero como hemos dicho en los párrafos anteriores, la carencia de los mismos suele ser uno de los principales desencadenantes del mal comportamiento de nuestros hijos hacia otros niños, buscando que así les prestemos esa atención demandada, o buscando otro tipo de aprobación menos recomendable, la cual sería conveniente que cortáramos de raíz por su bienestar a largo plazo. 
  • Escucharles con interés. No basta con que nos sentemos frente a ellos y pongamos cara de koala mientras nos cuentan algo, pues así realmente no les estamos escuchando; más bien, fingimos que lo hacemos, mientras tenemos nuestros pensamientos en otra parte. Y cuando no escuchas con atención a un niño, por pequeño que sea, os aseguramos que se percata de ello. Así las cosas, ¿cómo lo hacemos? Fácil. Alejando nuestras preocupaciones y quehaceres cotidianos durante unos minutos y centrándonos en ellos, haciéndoles preguntas sobre el tema del que nos están hablando. De ese modo, entenderán que les escuchamos con los cinco sentidos, y que en ese momento lo más importante para nosotros son ellos. 
  • No descalificarles o faltarles al respeto. Para nosotros, que ya somos adultos, que alguien nos insulte o descalifique puede resultarnos más o menos hiriente en función de cuál sea el origen del que proceda la afrenta. Sin embargo, para un niño o niña es tremendamente humillante y negativo para su autoestima que sus seres queridos le dediquen palabras malsonantes, dado que su carácter se está formando, y sentir ese rechazo puede provocar que se tornen más introvertidos, reservados e inseguros a la hora de relacionarse. O lo que es peor, que lo tomen como un ejemplo de conducta a seguir y empleen ese vocabulario y contestaciones con sus compañeros y otras personas de su entorno. 
  • Validarles sus sentimientos. También lo hemos comentado en alguna ocasión. Aunque nos resulten insignificantes, comparados con los nuestros, los sentimientos, preocupaciones y pensamientos de los niños son tremendamente importantes para ellos. El estrés no entiende de edades y puede comenzar a manifestarse mucho antes de lo que pensamos, provocando una serie de trastornos que afecten a su salud futura o incuso inmediata. Así pues, tenemos que recordar que nuestros hijos e hijas, por pequeños que sean, tiene derecho a sentirse inquietos, enfadados, alegres y nosotros no debemos privarles de ello, sino tratar de guiarlos y ayudarlos en la medida que podamos, sin restar ni un ápice de importancia a sus dilemas. 

Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia. 

¿Cómo educar a los niños en el respeto y la empatía?
Scroll hacia arriba