Frente a los catastróficos acontecimientos que han azotado la Comunidad Valenciana, entre otras, creemos que es un buen momento para abordar cómo explicar la muerte de un familiar a nuestros hijos e hijas. Y para ello, lo primero que debemos hacer es entender la muerte como parte del ciclo de la vida; porque perder a un ser querido es doloroso, pero es natural e inevitable. Por eso debemos suprimir el miedo a verbalizarlo y hablar de ello sin tabúes de ningún tipo. Dicho de otro modo, conseguir que comprendan que la muerte forma parte de nuestras vidas será una de las mejores lecciones que podremos impartir a nuestros peques cuando fallezca un ser querido.
Nadie nos prepara para la muerte. Erróneamente, se tiende a pensar que el ser humano está preparado sin necesidad de que nos ayuden o guíen para afrontar un duelo; pero no es así. A la hora de la verdad, los mecanismos cerebrales resultan hartamente complejos y nunca sabemos cómo vamos a reaccionar cuando el fatal suceso se produzca. Y si ya es difícil para los adultos, de los que se nos presupone más capacitados para entender el proceso, imaginad para los niños. Así pues, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas herramientas con las que ayudar a vuestros hijos e hijas a que lleven mejor la pérdida de un familiar.
¿Cómo hacer entender la muerte a los niños de 2 años?

Antes de cumplir los dos o incluso tres años, nuestros hijos e hijas no tienen suficientemente desarrollada su propia conciencia o la conciencia de permanencia y significado como para entender bien la pérdida de un ser querido. En tal caso, pueden llorar si nos ven tristes o acordarse y preguntar repetidamente por la persona en cuestión que ya falleció, lo cual a veces es doloroso para nosotros. ¿Qué hacemos entonces?
- Compartir la pena con ellos. Explicándoles que papá o mamá estamos tristes porque el abuelo, el tío, la tía, la abuela, etc., ya no está. De ese modo, entenderán que no deben bloquear sus emociones cuando algo les apene, puesto que es algo natural que a los mayores también nos ocurre.
- Y si no está, ¿dónde está? Cuando nos pregunten esto, que lo harán, lo más probable es que nos caigan las lágrimas a borbotones, porque a diferencia de ellos, entendemos que no volveremos a verlos. En consecuencia, ¿qué les respondemos? Pues la verdad, sin más. También depende de cómo haya ocurrido la defunción y nuestras creencias religiosas, si las tenemos. Por ejemplo, si somos creyentes, podemos decirles que ahora la persona en cuestión está en el cielo y desde allí vela por nosotros, protegiéndonos. Y si no lo somos, un buen recurso sería explicarles que han emprendido un viaje muy largo, y que aunque no los podamos ver, siguen con nosotros, en nuestros corazones.
No debéis sentiros mal puesto que en ninguno de los casos les estáis mintiendo, e incluso podéis serviros de esta primera explicación para cuando sean un poquito más mayores y abordéis el tema de otra manera, que será la próxima entrada. Por ejemplo: «¿Te acuerdas de cuando mamá te contó que el abuelito se había ido de viaje/estaba en el cielo?…». Y a partir de ahí iniciamos una explicación acorde a su edad; pero eso lo veremos más adelante.
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.