Si la semana pasada hablábamos sobre la vuelta al cole enfocada en niños y niñas de entre 2 a 3 años, en esta entrada vamos a centrarnos en los más peques, los que acaban de llegar a la familia. Pero ¿realmente se puede preparar a un bebé para su primer día en la escuela infantil? Sí, se puede, aunque con matices. Y en esta entrada vamos a explicaros cada uno de ellos de modo que os resulte lo más sencillo posible.
Para empezar, debemos saber que los bebés gozan de una comprensión muy limitada del lenguaje, la memoria y la abstracción, lo que hace difícil que podamos emplear las palabras para calmarlos o explicarles algo. Por otra parte, sabemos que a nivel emocional el segundo semestre de vida es probablemente el momento más delicado para hacer este gran cambio. La razón es que durante estos meses comienza a aparecer la angustia o ansiedad por la separación, lo que comúnmente denominamos “extrañar”, y que es un periodo crítico para la consolidación de un apego seguro. A pesar de ello, es el momento elegido por la mayoría de familias para llevarlos a la guardería, puesto que coincide con la finalización del permiso de maternidad. En consecuencia, ¿qué medidas tomamos para preparar a nuestros peques?
Consejos para preparar el primer día de cole de nuestros bebés

Como os decíamos en el párrafo anterior, se trata de una tarea algo complicada, pero desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori confiamos en poder ayudaros con algunas claves.
- Conservar la calma. Puede que nuestros peques no entiendan nuestras palabras, pero sí perciben nuestros estados de ánimo, comprendiendo si estamos contentos o enfadados, ya sea con ellos o en general, por lo que si estamos nerviosos podemos contagiarles esa inquietud. En consecuencia, si mantenemos el temple, en lugar de dejar en la escuela a un bebé que lleva unos días sintiendo nerviosismo y angustia en su entorno, estaremos dejando en el cole a un niño o niña que se ha sentido relajado y calmado.
- Acompañar el primer día. Lo de los ritos aborígenes de fortaleza mejor lo dejamos para las películas o novelas, pues la realidad es muy distinta. Cuanto más positivo resulte el primer día para nuestro hijo, mucho mejor. Así pues, lo que podemos hacer es tomarlo como una jornada de visita, acompañándolo hasta el interior del cole para que vea su clase, los juguetes y materiales, charlar con la educadora y después marcharnos a casa. De este modo, el niño o la niña no tiene una primera asociación de separación, sino de compartir un momento positivo. No podemos garantizaros que en los días sucesivos no lloren, pero os aseguramos que ese primer día les habrá servido mucho. Además, podemos aprovechar la visita para dar información relevante a la educadora sobre las cosas que le gustan y las que no; si muerde, araña o pega, para que lo tengan más controlado; cómo le gusta acostarse para dormir; si puede llevarse algún juguete o trapito que le aporte confianza… Hasta ese momento, todo su mundo hemos sido nosotros, por lo que nuestro deber es dar toda la información que creamos pertinente para aumentar su seguridad.
- Establecer rutinas. De esto ya hemos hablado mucho en entradas anteriores, así que seremos breves. Simplemente, en los días previos al primer día, deberíamos evitar las visitas y salidas en exceso con tal de que el ambiente del niño o niña se mantenga lo más tranquilo posible.
- Atención a las despedidas. Debemos mostrar confianza y calma. Si nos ponemos nerviosos o incluso a llorar, meteremos la pata y tendremos el lío armado, porque nuestro peque se contagiará de nuestro estado y no querrá quedarse en el cole de ninguna de las maneras. Asimismo, fingir alegría artificial no hará más que incrementar los nervios de nuestro hijo. Luego, un abrazo y un besito, y en un ratito nos vemos, mi amor.
- Implementar un plan progresivo. ¿Qué significa esto? Ir alargando poco a poco el espacio de tiempo que dejamos a nuestros peques en el cole durante el proceso de adaptación, de modo que cada vez vayamos más tarde a por ellos hasta completar su horario normal.
- La mamá tiene prioridad. Es decir, si como mamás podemos ir a recogerlos nosotras, mucho mejor que si van sus abuelos, tíos, hermanos mayores, primos, etcétera. Puede parecer absurdo, porque querrán irse con ellos igualmente, pero el sentimiento no es el mismo que si los recoge su mamá.
- Paciencia y confianza. Aunque los primeros días sean duros, nuestros hijos e hijas terminarán adaptándose al nuevo entorno. La adaptación está en el ADN del ser humano, así es como ha sobrevivido a lo largo de los tiempos, y nuestros peques no serán una excepción a la regla.
Mucho ánimo, y ya veréis que pasa más rápido de lo que pensáis. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.