Sabemos que este es un tema de debate que genera cierta controversia, por lo que desde nuestro centro de educación infantil de metodología Montessori pretendemos abordarlo de manera responsable, con el objetivo de que los padres y madres sean conscientes del peligro que supone exponer a sus hijos e hijas a los dispositivos móviles a una edad demasiado temprana. No obstante, también somos conscientes de que vivimos en la era digital, y en consecuencia llegará un momento en el que nuestros pequeños tendrán que familiarizarse con las nuevas tecnologías, pero no ahora. Lo que un niño o niña de cero a tres años necesita es el amor y la atención de sus padres, nada más.
Para empezar, pongámonos en la siguiente situación: bebés que desde el carrito se tranquilizan viendo dibujos animados desde una tableta, o pequeños de dos a tres años pegados a los teléfonos móviles de sus padres y madres durante una comida familiar o en la sala de espera de una consulta médica. ¿A alguien le suena? Eso pensábamos. Pues bien, vamos a elaborar una lista con algunos de los efectos nocivos que una exposición incontrolada puede ocasionar en los pequeños.
¿Qué perjuicios pueden provocar los dispositivos móviles?
Por-que-resultan-nocivos-l-2- Los dispositivos móviles no son niñeras digitales. Aunque creamos lo contrario debido a su corta edad, los niños y niñas se dan cuenta de todo, y si les entregamos un móvil o una tableta para que se entretengan solos, sentirán que les estamos ignorando. Recordad que los niños aprenden por imitación. Así pues, frases como «espera un momento, cariño», o «lo dejamos para luego/mañana, ¿vale?, que ahora papá/mamá están ocupados», para seguidamente ponerlos frente a una pantalla, se volverán en nuestra contra. En lugar de eso, lo que podemos hacer es dejar nuestras propias necesidades aparcadas por un momento y dedicarles nuestra atención, ya sea jugando con ellos o simplemente escuchando lo que nos tienen que decir.
- Una exposición prolongada puede provocar daños cerebrales. Pensad que durante los primeros años de vida el cerebro del niño se está desarrollando y comienza a entrenarse para dominar la concentración. Muchos videojuegos, aplicaciones móviles y dibujos animados lo que hacen es trabajar justamente en sentido contrario. Dicho de otro modo, si como padres y madres pensamos que al someter a nuestros hijos e hijas a tales estímulos audiovisuales estamos contribuyendo a mejorar su capacidad de atención, no podríamos estar más equivocados. Así, lo único que estamos consiguiendo es entorpecer su concentración y habilidad para tolerar el fracaso, además de distraerles mientras están realizando otras actividades que les suponen un verdadero esfuerzo, como aprender a comer solos en lugar de ser alimentados por nosotros.
- Los niños y niñas tienen que aprender a aburrirse. A colación de lo que comentábamos en el punto anterior, los pequeños deben lograr entretenerse por ellos mismos, sin recurrir a la inmediatez de las recompensas digitales. Si los habituamos a ello, aparte de los perjuicios que ya hemos señalado, cuando no la obtengan entrarán en esos enfados que llamamos rabietas. En contrapartida, lo que tenemos que hacer es enseñarles a mirar alrededor, a descubrir cosas. Si actuamos así, les estaremos enseñando a esperar, a tener paciencia y no enfadarse cuando no consigan lo que quieren. Y creednos, esto les resultará muy útil no solo durante su niñez para volverse independientes, gestionando la frustración, sino a lo largo de toda su vida adulta.
- Las pantallas privan del juego simbólico. Cuando los niños y niñas son pequeños necesitan fantasear con el mundo y construir historias en sus cabezas. Si les observamos con atención mientras juegan con sus juguetes no interactivos, comprenderemos que están usando la imaginación y el simbolismo con lo que les rodea. Que los pequeños puedan entender e interiorizar la realidad como una creación única y maravillosa depende en gran parte de que puedan disfrutar de estos juegos creativos. Los videojuegos, las aplicaciones móviles y los dibujos animados no crean una realidad, sino que la imponen. El cerebro es perezoso y tiende a ahorrarse esfuerzos. Por lo tanto, siempre elegirá una pantalla donde se lo den todo hecho, por encima del esfuerzo de un juego donde tenga que inventarse por sí mismo las historias.
No debemos subestimar la bonita experiencia que supone acompañar en esta etapa a nuestros pequeños. Si ahora no les prestamos la atención que nos demandan, se encerrarán en ellos mismos, no solo fracasando en nuestra labor paterna y materna, sino contribuyendo a crearles un déficit de cariño y atención que con el paso del tiempo resultará insalvable. Hoy es mañana.
Esperamos haberos ayudado con esta entrada. Si tenéis alguna duda, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o incluso presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.