En esta ocasión, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori queremos hablaros del baby lead weaning (BLW): un método de alimentación respetuoso con los tiempos del bebé, que consiste en proporcionar al pequeño o pequeña preparaciones que forman parte del menú familiar con pequeñas adaptaciones, sin recurrir a los clásicos triturados y purés convencionales, sino a permitirles ingerir alimentos sólidos que pueden comer de forma autónoma con sus propias manos.
Una vez transcurridos los seis primeros meses de lactancia, es interesante iniciar la alimentación complementaria aprovechando que el niño o niña va desarrollando las habilidades motoras para empezar a comer. Durante todo el proceso anterior, nuestros pequeños habían decidido cuándo no tomar más biberón o cuándo soltar el pecho. ¿Por qué no seguir confiando en ellos, dejando que nos guíen en este proceso?
Beneficios del método BLW
- Desarrolla las capacidades motoras y la motricidad fina. Este método mejora la coordinación ojo-mano, el agarre de la pinza y la masticación. Ofrecérselo nosotros con nuestras manos también es una opción. Al principio lo mejor es que se trate de comida blanda, cortada en trocitos del tamaño de sus puños para que vayan chupando sin miedo a que se atraganten, aunque podemos ir variando el tamaño y la consistencia de los mismos paulatinamente. También podemos brindarles alimentos de tamaño reducido, como guisantes o incluso arroz. Si los bebés tienen la habilidad suficiente como para cogerlos ellos solos y llevárselos a la boca, lo más probable es que también hayan madurado lo suficiente como para tragarlos sin problema.
- La leche no se olvida. Sigue siendo el principal alimento de los niños hasta los doce meses de edad, por lo que lejos de reducir sus dosis, debemos seguir permitiendo que tomen el pecho o el biberón a demanda. Ellos solos irán reduciendo poco a poco la cantidad a medida que aumenten la ingesta de sólidos.
- Reduce la aversión a la comida. Si los niños o niñas eligen qué diferentes texturas comer, existen menos posibilidades de que en el futuro sean quisquillosos con otros alimentos sólidos. Recordad que a veces basta una imposición para crear un rechazo. Asimismo, es importante establecer rutinas, sentándolos a comer cuando aún no estén demasiado hambrientos ni cansados. Si tienen que realizar mucho esfuerzo, la frustración los llevará a no querer comer, y es necesario que los bebés asocien sensaciones positivas con la comida.
- Aprende a autorregular su apetito. Alimentándose de manera independiente, los bebés tienen mayor control para decidir si ya están saciados, o si por el contrario desean seguir comiendo. No obstante, no debemos dejarlos solos en ningún momento, ya que aunque creamos que tienen la capacidad suficiente para no atragantarse, los accidentes suceden.

¿Y si se atraganta? Que no cunda el pánico. Lo primero que debemos hacer es mantener la calma y esperar unos segundos para ver si nuestro pequeño es capaz de solucionarlo solo, pues lo normal es que expulse el trozo de alimento por su propios medios. Si vemos que le cuesta, podemos recurrir al plan B, que consiste en mostrarle cómo debe hacerlo, tosiendo y carraspeando para darle ejemplo. Lo que nunca debemos hacer es golpearle en la espalda porque entonces podríamos agravar la situación.
- Fomenta hábitos alimenticios saludables. Ingiriendo productos frescos, enteros y saludables se evitan los envasados y procesados que no suelen resultar demasiado beneficiosos para las dietas, sobre todo para las de los más pequeños. Estos alimentos pueden ser patata cocida, trocitos de brócoli, pedacitos de calabaza, boniatos asados o incluso pollo.
- Más momentos en familia. Sentando a nuestros bebés con nosotros a la mesa les estaremos brindando la oportunidad de aprender de su familia, observando cómo comen con un plato, inculcándoles de este modo unos hábitos que les acompañarán durante toda la vida. La mayoría de los niños y niñas quieren comer lo mismo que sus papás y mamás, y recordad que aprenden por imitación. Así pues, podemos cocinar lo mismo para todos y separar la parte de nuestros pequeños antes de añadir ingredientes que aún no tomen y adaptándolo para que se lo puedan comer, ya sea chafándolo, partiéndolo o cortándolo en trocitos pequeños.
- Ahorra tiempo. Al no tener que preparar purés ni triturar la comida, como padres y madres dispondremos de menos trabajo en casa, por lo que podremos dedicarnos a pasar más tiempo con nuestros hijos e hijas, así como a disfrutar de nosotros mismos e incluso concedernos un descanso tras una dura jornada laboral.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Esperamos haberos ayudado mostrándoos este nuevo método que tal vez sirva de ayuda en el desarrollo de vuestros pequeños. Si tenéis alguna duda, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o incluso presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.