Sí, lo sabemos. Esta es otra de las preguntas del millón. Y, dada su magnitud, teníamos que prepararos el terreno, por lo que si no leísteis la entrada anterior donde os explicábamos por qué nuestros hijos no nos hacen caso —recordad que es preferible en la disciplina positiva al verbo obedecer—, ya estáis tardando. Ahora bien, si sois unos lectores fieles y lleváis al día este nuestro blog, preparaos, porque este tema os interesa.
Cuando nuestros hijos o hijas no nos hacen caso, podemos sentirnos tentados de gritarles, amenazarlos, castigarlos o incluso pegarles, pero todas estas estrategias son muy poco eficaces y conllevarán efectos secundarios negativos para su desarrollo emocional, que además dificultarán más todavía que colaboren en el futuro. Y ojo, que con esto no pretendemos decir que debamos dejar que hagan lo que quieran en todo momento. Como papás y mamás, somos los encargados de enseñar a nuestros peques los límites y normas que son necesarios para su seguridad y para relacionarse de forma adecuada con los demás, pero la mejor manera no es a través de técnicas aversivas, sino mediante estrategias positivas que, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori, vamos a mostraros.
¿Cómo consigo que mis hijos me hagan caso?

En función del motivo por el cual nuestros hijos no nos hacen caso, tal y como vimos en la entrada anterior, podremos utilizar unas estrategias u otras. De nada sirve que seamos más claros en la forma de expresar instrucciones si, por otro lado, no estamos construyendo una buena relación con ellos que les haga sentirse conectados a nosotros. Podemos ser muy firmes con las normas y los límites, pero si no comprendemos que están demasiado cansados para colaborar, no conseguiremos mucho. Más bien, somos nosotros, sus papás y mamás, quienes debemos decidir en cada momento cuál es la estrategia más apropiada a seguir. A continuación os dejamos algunos ejemplos.
- Conexión. Siempre es mejor que la corrección. Y es tan sencillo como que antes de dar una instrucción a nuestros hijos, nos aseguremos de conectar con ellos. Puede ser a través del contacto visual, tocándole suavemente el hombro o agachándonos para estar a su altura.
- Frases positivas y afirmativas. No hay nada de malo en decir “no”, pero está demostrado que los niños responden mejor a indicaciones concretas y en positivo. Esto les ayuda no sólo a darse cuenta de lo que no deben hacer, sino también a entender qué opción es más adecuada y qué esperamos de ellos.
- Peticiones claras y sencillas. O lo que es lo mismo: dar instrucciones de una en una. De ese modo es más fácil que las sigan y que no se pierdan por el camino. No obstante, no debemos confiar en que nos hagan caso mientras no estemos presentes. Muy al contrario, hasta que no sean mayores de diez años es muy probable que necesiten supervisión, dependiendo de la tarea, así como tiempo y firmeza hasta que la cumplan, en lugar de repetir lo mismo muchas veces.
- Brindar opciones. Por ejemplo, antes de salir a la calle: “¿quieres ponerte el abrigo dentro de casa o en la puerta?”. No nos equivoquemos, porque decida lo que decida estará haciendo lo que nosotros queremos, sólo que de ese modo le estamos transmitiendo cierto sentido de libertad dentro de los límites que establecemos.
- Hacerlo divertido. El cerebro de los niños y niñas está diseñado para oponer resistencia a las órdenes y entusiasmarse con los juegos. Desquicia, ¿verdad? Pues si no puedes con tu enemigo, alíate con él. Por ejemplo: “¿a que no te subes al coche antes que yo?”. También podríais probar a hacer una carrera recogiendo los juguetes, pero puede que tengáis un hijo muy inteligente y se deje ganar.
- Evitar discusiones y reforzar la cooperación. Discutir no sirve absolutamente para nada, ya sea con un niño o un adulto, pero con un niño menos, puesto que sus capacidades están menos desarrolladas. Así pues, lo que podemos hacer cuando se nieguen a algo es explicarles que es importante que nos hagan caso por los motivos que consideremos pertinente. Y cuando lo hagan, podemos reforzar su comportamiento diciéndoles que lo han hecho muy bien, pero sin incurrir en premios o recompensas.
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.