Es probable que en algún momento, tras llevar por primera vez a vuestros hijos e hijas a una guardería o incluso al cole de mayores, a los pocos días sus profesoras os hayan comunicado que los peques se muestran poco participativos o excesivamente tímidos, denotando una falta de recursos para relacionarse con sus compañeros y el profesorado. Pues bien, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a tratar de ayudaros para que solventéis este problema, así como para desmitificar algunas falsas creencias.
Para empezar, las habilidades sociales puede que sean una de las cosas más importantes que podemos enseñar a nuestros hijos e hijas, y cuanto antes comencemos a trabajar en ellas, mucho mejor, puesto que cada niño o niña tiene un temperamento, una forma de ser, e irá a diferentes ritmos. Es lógico que si los peques han pasado sus primeros años de vida rodeados por su familia, en un entorno adulto y seguro, sin tener contacto con otros niños y niñas de su edad, al principio se muestren desconfiados o temerosos, puesto que no saben a qué se van a enfrentar y cuáles son las intenciones de esas personas pequeñitas que se acercan a ellos con la más que probable intención de simplemente querer jugar. Y también es comprensible que, como papás y mamás, deseemos que nuestros hijos se integren y relacionen con normalidad.

Por lo tanto, aunque nuestro pequeño o pequeña se comporte habitualmente de una determinada manera, no debemos incurrir en el error de pensar que las conductas de la infancia determinan la edad adulta. Un niño puede ser tímido durante su niñez, y en cambio convertirse en una persona extrovertida cuando se haga mayor, y a la inversa. No obstante, pueden producirse variaciones en su conducta provocadas por motivos muy diversos:
- Separación de los padres y madres.
- Pérdida de un familiar o ser querido.
- Ir al cole por primera vez o cambiar a otro distinto del que iban.
Si esto sucede, lo mejor que podemos hacer es observarlos para identificar cambios en su conducta y proceder de forma acorde a sus necesidades, que no serán otras que recibir cariño y confianza por nuestra parte, con el fin de evitar que se encierren en sí mismos. Hay que tener presente que cualquier cambio en su entorno les afecta directamente, y aunque sean pequeños no significa que no sean capaces de asimilar ciertas cosas y comprender las explicaciones que les demos.
Claves para que los niños puedan socializar.

Antes de comenzar, es cierto que cada niño o niña tiene una forma de ser, pero la responsabilidad de que sean más o menos sociables es única y exclusivamente nuestra, como adultos encargados de su educación. Dicho esto, vamos a proponeros algunos consejos para que este proceso resulte más sencillo.
- Evitar el miedo. Recordemos que los niños aprenden por imitación, hacen lo que nos ven hacer, por lo que si nos mostramos amables con otras personas en su presencia, entenderán que no deben tenerles miedo. Podemos empezar charlando delante de ellos con los vecinos (aunque nos caigan mal, hagamos el esfuerzo), o reunirnos con nuestros amigos. Es decir, interactuar con personas que no forman parte de su entorno cotidiano. Además, esto nos ayudará a enseñarles a ser selectivos y sentirse seguros, indicándoles en quién pueden confiar y con qué personas no deben hablar.
- Fomentar las actividades grupales. Llevarlos al parque es fundamental para que se familiaricen con un entorno acorde a su edad y puedan divertirse con otros niños y niñas. Es normal que al principio se muestren reacios e inseguros ante un ambiente desconocido, pero si les damos tiempo e inicialmente les acompañamos en cualquier cosa que les apetezca hacer, demostrándoles que no deben tener miedo, poco a poco irán cogiendo confianza tanto para jugar solos como en el caso de interactuar con el resto de peques que se hallen a su alrededor. Y por si fuera poco, así aprenderán reglas de convivencia infantil, como esperar su turno para subirse al columpio, compartir un mismo espacio y respetar a los demás niños con buenos modales.
- Compartir tiempo de calidad. En algunas ocasiones la timidez de los niños viene avalada por su propio entorno, debido a que los adultos no tenemos tiempo para estar con ellos debido a nuestras obligaciones diarias, y consecuentemente no nos comunicamos ni mucho menos les escuchamos. Pues bien, esto es algo que debemos cambiar de inmediato si queremos que nuestros peques no se encierren en sí mismos, creyendo que sus temores, deseos e inquietudes no son del interés de sus papás y mamás. La socialización debe comenzar en casa.
- Buscar actividades extraescolares. Tenemos que matizar que este punto es una consecuencia del anterior, dado que para apuntar a nuestros hijos e hijas a una actividad al margen de su día a día en la escuela infantil, no solo debemos pensar en lo que creemos que más les conviene para mejorar su desarrollo y sociabilidad, sino también en lo que realmente les interesa a ellos, y para eso primero tenemos que escucharlos.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Esperamos haberos ayudado. Si tenéis alguna duda, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.