Cómo aplicar el método Montessori en casa

niños jugando con montessori

Debido al periodo vacacional, y teniendo en cuenta que el propósito final del niño es la independencia de la que tanto hemos hablado en entradas anteriores, es importante que tengamos en cuenta que como padres y madres podemos adaptar nuestra casa para facilitar esa progresiva adquisición que le ayudará a lograr la tan ansiada autonomía. Cada niño nace con una guía interna, y debemos tratar de brindarle oportunidades con el objetivo de que pueda elegir, actuar, pensar y expresarse sin sentirse obligado. Así pues, desde nuestra escuela infantil os vamos a dejar algunas pautas a seguir mientras dure el verano para que podáis aplicar el método Montessori en vuestro hogar. 

  1. Planteamiento de elecciones reales y relevantes. Resulta fundamental que nuestro hijo tenga libertad de escoger entre una actividad u otra, así como gozar del tiempo necesario para que pueda concentrarse en la opción elegida sin ser interrumpido o molestado hasta que esta termine. 
  2. Organización de la casa teniendo en cuenta los periodos sensibles. Ya hemos comentado que estos periodos se definen como una fase de interés y curiosidad, en la que el niño o niña tiene la capacidad de aprender y asimilar el mundo que le rodea sin ningún esfuerzo, siendo particularmente receptivo a ciertos estímulos externos. De ese modo, aprovechando que durante los tres primeros años de vida posee una gran tendencia hacia el orden, podemos establecer un lugar para cada cosa. Así, si lo exponemos a este ritual diario, participará activamente en ordenar y recoger los materiales para su uso.
  3. Manejo de materiales sensoriales. Estos materiales ayudan al niño a aislar conceptos recibidos a través de los sentidos, como los colores, la temperatura, el sabor, el tamaño, el peso o el sonido, además de trabajar el vocabulario correcto de los mismos.
  1. Adaptación de materiales de vida práctica. Deben ser de su tamaño, herramientas reales que reflejen las tareas del hogar, como bañarse, barrer, poner la mesa, regar las plantas, arreglar las flores, limpiar cristales, jugar con la arena si estamos en la playa, hacer transvases con agua de un recipiente a otro, jugar con conchas o piedras diferenciando los tamaños… El objetivo de esto es que nuestros hijos aprendan imitando las actividades que nosotros realizamos como adultos, además de tratarse de los materiales más importantes para posibilitar un buen desarrollo de la autoestima, largos periodos de concentración, pensamiento lógico, equilibrio y coordinación, psicomotricidad fina y gruesa, resolución de problemas, cuidado de uno mismo, de otros y del medio ambiente. Resumiendo: todas las actividades que serán necesarias en su aprendizaje posterior y en su felicidad como adulto. 
  2. Interés por actividades académicas. Cuando nuestro hijo tenga dominio en relación a sus sentidos y al manejo de los materiales de vida práctica, estará preparado para centrarse en otras áreas tales como la lectura, las matemáticas, la geometría, la escritura o las ciencias naturales. Asimismo, mostrar curiosidad como adultos respecto a estas áreas puede contribuir a crear un efecto espejo en los niños. 

Para finalizar, os deseamos un feliz mes de vacaciones desde Mi Cole. Nos vemos en septiembre.

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