¿Cómo conseguir que nuestros hijos no sean unos abusones?

stop bullying

Tal vez pueda resultar prematuro utilizar el término “abusón” en pequeñajos de cero a tres años; pero lo cierto es que los niños y niñas de una edad superior que no respetan los límites de otros suelen manifestarlo con anterioridad, como por ejemplo durante su etapa en la escuela infantil. Y es que la definición de acoso, por muy dura que nos suene, no es más que lo que acabamos de comentar: transgredir sin autorización los límites de otros. 

Es muy posible que, como padres y madres novatos, desconozcamos hasta qué punto nuestra actitud influye en nuestros hijos e hijas con los demás, frenando o alentando estos comportamientos injustificables. Y es de eso, precisamente, de lo que queremos hablaros.

¿Qué hacer para frenar el acoso escolar?

niños haciendo bullying

Algunas de las causas que llevan al acoso no son otras que niños y niñas con baja autoestima; pocas o nulas habilidades sociales, que les imposibilitan llegar a acuerdos verbales y respetar las opiniones ajenas; una educación demasiado permisiva y carente de límites, que les impele a menospreciar a sus compañeros debido a la ausencia de empatía; o una disciplina demasiado férrea, observando y recibiendo constantemente faltas de respeto. Así las cosas, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas estrategias que podéis llevar a cabo para detener el acoso escolar antes de que se produzca o durante el proceso. 

  • Solicitar a las escuelas infantiles y a los colegios que tomen medidas contra el acoso escolar. No son “cosas de críos”, como se nos decía a nosotros cuando teníamos la edad de nuestros hijos e hijas, sino un tipo de violencia muy peligroso, sibilino y que causa efectos muy nocivos a nivel psicológico. Por lo tanto, la mejor forma de evitar que un niño se convierta en el abusón de la clase es mediante protocolos contra el acoso, que las escuelas y colegios deben implementar para cortar el problema de raíz. 
  • Dar buen ejemplo en casa. Lo hemos dicho muchas veces, pero no nos cansaremos de repetirlo. Nuestros hijos e hijas aprenden por imitación, de lo que ven de sus padres y madres, por lo que es fundamental que controlemos nuestras actitudes y comentarios despectivos. Y del mismo modo, también es necesario que moderemos el tono y la forma en la que nos dirigimos a nuestros pequeños. No debemos tratar de imponer nuestro criterio por la fuerza, alzar la voz ni mucho menos ningunear un punto de vista dispar al nuestro. Puede que en algunos casos nos resulte absurdo, pero es muy importante que el niño o niña observe pluralidad, respeto y tolerancia. 
  • Enseñar habilidades sociales. Todos los niños y niñas necesitan límites y normas, pero tenemos que aplicarlos con paciencia, amor y no menos convencimiento. En consecuencia, pedir las cosas por favor, dar las gracias, debatir o mostrar desacuerdo de manera respetuosa, así como controlar sus enfados, les ayudarán a pedir lo que quieren y expresar lo que no quieren de forma pacífica y adquirir confianza en sí mismos, sin tener que recurrir a otros métodos intolerables. 
  • La disciplina positiva no es la ausencia de límites. No, no lo es. Y no debemos ser permisivos en las transgresiones al comportamiento social. Que un niño o niña muerda a otro puede parecernos una chiquillada, al igual que meter los dedos en un enchufe o chupar las pilas del mando de la televisión. Sin embargo, eso no implica que lo dejemos estar. No se trata de gritar, reñir y castigar al niño, sino de hacerle entender poco a poco que eso no está bien. Los límites guían a los niños en su comportamiento, sabiendo en todo momento lo que deben y no deben hacer, por lo que no ponerlos es uno de los mayores errores que podemos cometer. 
  • Reforzar la confianza. Seguro que en alguna ocasión nos habremos preguntado por qué Fulanito se metía con nosotros, nos pegaba, insultaba, etc. Pues bien, esto puede deberse a un intento de sentir cierto alivio frente a la sensación de inseguridad o falta de cariño que estaban experimentando, sintiendo que mediante el hostigamiento eran capaces de obtener la aprobación de otros niños, y que no es más que otra vía para adquirir confianza en sí mismos. En tal caso, sería necesario, como sus padres y madres, que pasáramos más tiempo con ellos y ellas, dedicarles nuestra atención y enseñarles a desarrollar confianza a través de la asertividad o de tener responsabilidades, lo que les permitirá gozar de una mayor autoestima. 

Hasta aquí la entrada de hoy. Como habréis apreciado, la clave está en nosotros: sus padres y madres. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

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