¿Es bueno adoctrinar a los niños?

abuelo enseñando a niño

Ya sabemos que este no es un tema al uso, pero hace relativamente poco le ocurrió un suceso importante a nuestro maravilloso redactor, la persona que os está escribiendo estas líneas, y hemos decidido hacer uso de él para abordar esta entrada que, si bien puede parecer intrascendente, resultará de vital importancia para el futuro de nuestros hijos e hijas. 

Para empezar, ¿qué significa adoctrinar? El verbo en sí tiene un par de acepciones, pero ambas convergen en lo mismo: dar instrucciones a un individuo sobre cómo tiene que comportarse, pensar u obrar. Si lo extrapolamos a la educación de nuestros peques, vendría a significar que les estamos diciendo cómo tienen que pensar y en qué tienen que creer. Ahora bien, ¿esto es bueno o es malo? Ya os lo decimos nosotras: es malísimo. Nuestra misión como padres y madres es educar a seres humanos críticos, que puedan pensar por sí mismos y, cuando tengan la edad pertinente, puedan escoger cómo llevar su vida, independientemente de nuestras creencias e idiosincrasia. No está bien imponerle a un niño un credo o una ideología por nuestra propia experiencia, sino darle la oportunidad de que forje las suyas y, a partir de ahí, saque sus propias conclusiones. 

¿Cómo educar a niños con un pensamiento libre?

madre enseñando a hijos

Entendamos la libertad como la potestad del niño para decidir qué quiere hacer sin sentirse coaccionado. Tal vez os pueda parecer que son muy pequeños para que tratemos estos asuntos, pero vamos a demostraros que todo empieza precisamente en ese momento, durante su infancia. 

  • Nosotros no somos ellos. Nuestra vida y experiencias no tienen que coincidir necesariamente con las que tendrán nuestros hijos o hijas, por lo que no debemos imponer una forma de pensar respecto al mundo y las personas que lo habitan. Si lo hacemos, estaremos educando a niños anacrónicos, fuera de su tiempo, porque la sociedad avanza, como el pensamiento. Debemos, pues, dejar a un lado lo que hemos vivido y educar en el respeto y la tolerancia. Nuestras guerras son para nosotros, y no debemos inmiscuir en ellas a nuestros hijos. 
  • Fomentar la diversidad. Muy al contrario de lo que algunos padres y madres puedan opinar por lo que han vivido, no es bueno inculcar en los niños el rechazo hacia otros peques porque sus familias tengan unas determinadas creencias o ideología. ¿Cuál sería el efecto de actuar de esta manera? Que cuando sean mayores discriminarán a todas aquellas personas que no opinen como ellos, viéndolos como amenazas y privándose de la posibilidad de establecer relaciones sanas y duraderas por prejuicios establecidos durante su infancia. Hay que enseñar que toda persona es libre de creer y pensar en lo que quiera, aunque sus ideas no coincidan con las nuestras, y que además es bueno, puesto que la diversidad enriquece el mundo. 
  • No educar en la manipulación. Por mucho que estemos convencidos y creamos en algo, no tenemos ningún derecho de imponer nuestro pensamiento a otras personas. Nuestra libertad termina donde comienza la de los demás, y esto es algo que siempre debemos recordar. Que una persona no piense como nosotros no implica que se halle equivocada y deba ser reconducida. Simplemente, nos hemos topado con alguien cuyas creencias e idiosincrasia son diferentes a las nuestras, y tenemos que aceptarlo. 

Como veréis, educar en el respeto y la tolerancia comienza desde que nuestros hijos e hijas son bien pequeños. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

¿Es bueno adoctrinar a los niños?

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