¿Por qué los niños están tristes?

los niños están tristes

Si queremos responder a esta pregunta, es muy importante que entendamos la tristeza como una emoción básica, al igual que el miedo, la alegría o la rabia. Por lo tanto, en lugar de incurrir en el error de sobreproteger a nuestros hijos e hijas para que no la experimenten, tenemos que brindarles herramientas que les permitan gestionar sus emociones con el objetivo de que aprendan a manejarlas e identificarlas como algo normal y por lo que no deben avergonzarse. 

Como hemos dicho en otras ocasiones, es normal que tendamos a trivializar las emociones de los niños y niñas, puesto que desde nuestra posición de adultos, con los problemas y preocupaciones que arrastramos de manera cotidiana, pueden resultarnos insignificantes. Sin embargo, es necesario que entendamos que los peques pueden sentirse apesadumbrados por motivos muy diversos, entre los cuales destacan, por citar algunos ejemplos: un cambio de cole propio o de un amiguito, una riña con un compañero de clase, la frustración por no saber hacer un ejercicio, la ausencia de su papá o su mamá… Como veis, existen múltiples factores desencadenantes. Y desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a tratar de ayudaros a identificarlos y solventarlos. 

¿Cómo ayudar a nuestros hijos si están tristes?

niño feliz comiendo

Pues bien, como ya os hemos anticipado, lo primero es conocer cómo se manifiestan estos comportamientos para aplicar las medidas que consideremos más adecuadas. En consecuencia, os dejamos los más frecuentes junto con algunas propuestas para ayudar a vuestros hijos e hijas. 

  • Lloros constantes. Quizá sea el síntoma por antonomasia de que algo no va bien con nuestros peques. Si los vemos llorar demasiado a menudo, significa que tenemos que actuar. ¿Cómo hacerlo? Normalizando ese sentimiento, haciéndoles comprender que todos en algún momento nos sentimos alicaídos por algún motivo y es absolutamente natural. Para eso, es necesario hablar mucho con ellos, que se abran a nosotros al sentirse seguros y comprendidos y, ya de paso, fortaleceremos el vínculo materno o paterno.
  • Desánimo permanente. Y ojo, que esto también puede venir acompañado por algún llanto ocasional. No obstante, hacerles partícipes de nuestras emociones, aunque pensemos que no entienden los problemas que nos acucian (y lo más seguro es que no lo hagan), puede ser un gran remedio para que entiendan que ninguna mala situación dura para siempre. Con el tiempo, todo lo malo pasa. Y esas inquietudes que ahora les atormentan, terminarán desapareciendo. “Sé que ahora te sientes mal, cariño, pero ya verás como todo se arregla. A mamá o papá le pasó… y se solucionó”. Compartir nuestras emociones, mientras no pasemos el límite de cargarlos con ellas, es bueno.
  • Irritación y rebeldía. Aquí lo único que podemos hacer es observar y tener paciencia hasta dar con la raíz del problema. Tal vez, la llegada de un nuevo hermanito, cambio de cole o problemas entre sus papás y mamás sean el motivo de esos comportamientos. Por lo tanto, una vez sepamos qué ocurre, sentémonos con ellos y escuchemos qué es lo que tienen que decirnos. Con sus palabras o balbuceos, sabremos qué decisión tomar. 
  • Falta de sueño. Si se nos duermen por las esquinas o los notamos muy agotados, es probable que no estén descansando bien. Así, lo que podemos hacer es reforzar sus rutinas, si es que en algún momento las hemos descuidado, y contarles alguna historia o leerles algún cuento para que se duerman tranquilos, sabiendo que papá y mamá están con ellos y nada tienen que temer. 
  • Retraimiento. Vamos, que no hablan, ni balbucean, en el caso de ser más pequeñitos. ¿Qué hacemos? Explicarles qué es la tristeza, sin relativizar sus sentimientos ni enfadarnos con ellos. Muy al contrario, ese es el momento que debemos aprovechar para enseñarles a identificar sus emociones y gestionarlas. Cuando los adultos nos enfadamos, en ocasiones necesitamos tiempo y espacio para que se nos pase el malestar. Pues bien, a los niños puede ocurrirles lo mismo; recordadlo. 

Esperamos haberos ayudado. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia. 

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