Se trata de un enfoque flexible para enseñar a los niños y niñas algo más mayores a leer y escribir y que se basa en los principios del método Montessori: el fomento de la autonomía y el autodesarrollo, también mientras aprenden las letras. Este método sigue la suposición de que cada peque tiene su propia curva de aprendizaje y debe tener la oportunidad de explorar diferentes materiales a su propio ritmo. Para ello, nosotras, sus guías, debemos enfocarnos en proporcionar un entorno o ambiente preparado que permita que el aprendizaje ocurra de forma natural y no apresure a los alumnos a aprender antes de que estén preparados para ello.
Y aunque los papás y mamás estemos de vacaciones, es muy importante que entrenemos nuestra capacidad de observación, porque será la que nos ayude a determinar cuándo han alcanzado un nuevo ítem y están preparados para un nuevo aprendizaje.
Pues bien, como decíamos, para que la lectoescritura Montessori tenga éxito, debemos identificar en qué etapa de desarrollo se encuentran nuestros hijos e hijas:
- Conversación y vocabulario.
- Pre-lectura.
- Lectura y escritura.
- Gramática.
Así las cosas, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori, sin ahondar demasiado en la complejidad inherente al método, vamos a explicaros en qué consisten estas fases que tanto sus educadoras como los papás y mamás tenemos que percibir a través de la observación.
¿En qué consisten las etapas de la lectoescritura?
Como habréis visto arriba, son cuatro, así que vamos a por ellas.
- Desarrollo del lenguaje. Para lograrlo, vamos a necesitar un nivel de desarrollo y conciencia del mismo para iniciar el proceso lector y además tendremos que construir la motivación por aprender a leer. Lo segundo es fácil y ahora lo abordaremos. Lo primero, por el contrario, resulta algo más lento, puesto que para lograrlo es importante que estimulemos a nuestros hijos e hijas para que vayan adquiriendo la capacidad de hablar y expresarse, aunque sea con sus lenguas de trapo. ¿Cómo hacerlo? Mirad, es muy importante que observen nuestras bocas cuando les hablamos, porque tenemos que hablarles mucho, ya que de este modo aprenderán fonética y cómo emitir sonidos. También podemos valernos de canciones infantiles que no contengan un lenguaje muy abstracto, sino palabras y sonidos que puedan entender y reconocer. Y para lo segundo, lo que siempre decimos, nada como la imitación: niño ve, niño hace.
- Habilidades pre-lectoras. En esta segunda etapa vamos a guiar a los niños y niñas para que aprendan a decodificar los mensajes. Para ello, es fundamental que comiencen a identificar las letras, líneas, reconocer el sentido del texto discriminando el mensaje (izquierda-derecha, arriba-abajo). Una buena forma de ir preparándoles es dejando que comiencen a interactuar ellos solitos con los cuentos que les leíamos cuando eran bebés, explicándoles cómo leer sin adentrarnos en el significado del texto.
- Lectura y escritura. Para dominar esta fase, los niños y niñas deben conocer el alfabeto y estar familiarizados con él. Como todavía son muy pequeños, no podemos pretender que se lo aprendan en un día. Irán poco a poco, identificando los sonidos y trazando las líneas y formas que corresponden a cada letra. Una vez dominen esto, estarán preparados para comenzar a leer solitos, poquito a poco y, como os hemos dicho antes, textos sencillitos, como los primeros cuentos que les leíamos, y teniéndolos al lado para responder a todas sus preguntas.
- Gramática y comprensión. Esta etapa no se trata tanto de que aprendan gramática en sí, pues recordad que siguen siendo niños y niñas pequeños, sino como mecanismo para proporcionar una ayuda para la lectura y la comprensión de los textos. Ahora ya saben decodificar, por lo que llega la hora de que intervengamos para ayudarles a comprender realmente el escrito.
Hasta aquí la entrada de hoy, pero continuará. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.