En la entrada anterior abordábamos la primera parte de este tema que, considerando muy extenso e interesante, decidimos dividir en dos publicaciones. Así pues, ahora que ya ha quedado claro que nuestros hijos e hijas no tienen nada personal contra nosotros, sino que su mal comportamiento puede deberse a diversas variables que comentamos el mes pasado, nos disponemos a dejar a un lado todo lo concerniente a la teoría y centrarnos en la práctica.
Pues bien, ¿qué hacemos cuando nuestros peques se portan mal sólo con uno de nosotros? Ya matizamos que, por norma general, este comportamiento suele darse más hacia las madres, puesto que suelen pasar más tiempo en su compañía. Esto no implica que no pueda ocurrir con los padres, el abuelo, la abuela, etc. Pero, al igual que hicimos en la entrada anterior, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a daros algunos consejos para que atajéis esta situación, centrándonos en las mamás.
¿Cómo atajar el mal comportamiento de mis hijos?

Como el grueso del tema ya lo abordamos en la primera parte del mismo, vamos a ir directas al grano.
- Hablar de sus sentimientos. Se trata de ayudar a nuestros hijos a poner en palabras cómo se sienten. Y dependiendo de su edad, les prestaremos más o menos ayuda. ¿Por qué? Pues porque a veces seremos capaces de identificar una rabieta como consecuencia del cansancio acumulado o por un suceso concreto que ha desatado sus emociones. En tal caso, podemos hacer con ellos un repaso del día, charlar sobre la visita que no esperabais, o lo tarde que hemos llegado a casa y lo cansados que estamos.
- Actuar con madurez. Ya sabemos que las rabietas son llamadas de atención, y que no hay nada personal, por lo que debemos mantener la serenidad e indiferencia, sin incurrir en amenazas de cualquier tipo. Y cuando nuestros hijos o hijas se hayan calmado, es recomendable reforzar su cambio de comportamiento y felicitarlos por ello. De ese modo, entenderán que son capaces de tranquilizarse y reconducirse.
- Anticipar las situaciones límite. Como siempre decimos, las rutinas son buenas para dar seguridad a los niños y niñas, sabiendo en todo momento qué va a ocurrir. Por esa razón, podemos identificar momentos en los que nuestros peques pueden alterarse y actuar en consecuencia, como avisándoles de que un amigo o familiar va a venir a casa o nosotros vamos a ir a la suya, o prestando atención al estado en el que se encuentran para evitar ciertas actividades que puedan alterarles.
- Establecer límites en función de su conducta y edad. Muchas veces los niños y niñas ponen a prueba a sus mamás para saber hasta dónde pueden llegar, averiguando qué consecuencias tendrá su mal comportamiento. Así las cosas, dependiendo de la trastada que hayan hecho y de los años que tengan, debemos poner los límites que creamos pertinentes.
Ahora que ya conocemos cuáles son las razones por las que nuestros hijos se portan mal sólo con nosotras, y cómo abordarlas, no debemos fijarnos sólo en sus malas conductas, sino también reforzar su buen comportamiento cuando se produzca, sobre todo para evitar que llame nuestra atención de nuevo con alguna rabieta. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.