Es muy probable que hayáis notado que vuestros hijos e hijas, tras el periodo de adaptación, se comportan de forma extraña. Pasados unos días o una semana, sin motivo aparente, pueden levantarse llorando desconsolados, buscando a su mamá; hacerse pis encima, después de ser algo superado hace largo tiempo; o incluso volver a tener miedo de dormir solitos. Pero no debéis preocuparos, porque se trata de algo completamente normal y temporal, debido al cambio que han experimentado en sus vidas. Así pues, vamos al lío.
Hace algún tiempo os hablamos de las regresiones, que son mecanismos neurológicos por los que el cerebro, ante una situación de inseguridad, adopta patrones de comportamiento que en un pasado le funcionaron bien. Después del periodo de adaptación, muchos padres y madres suelen encontrarse ante situaciones similares con sus peques. La novedad ha pasado, y entonces comienza a ocurrir. Y aunque sus profesoras afirmen que los niños están contentos en clase, en casa se dan todo tipo de situaciones inesperadas. En algunos casos el niño o niña simplemente está algo malhumorado, pero en otros casos, como decíamos, vuelve a hacerse pis en la cama, vuelve a morder o simplemente se despierta más por la noche. En consecuencia, nos encontramos ante una pequeña regresión.
¿Qué hacer frente a una regresión infantil?

Matizamos el término infantil, sin incurrir en un pleonasmo, dado que los adultos también tienen regresiones llegados a cierta edad, pero ese tema no nos concierne. En los niños, las regresiones son algo frecuente y común, por eso desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas medidas a tomar.
- Conservar la calma. Lo más importante es recordar que se trata de un mecanismo totalmente natural y que se pasa en unos días.
- Enfadarse con el niño. No buscan llamar nuestra atención, ni marearnos o manipularnos. Simplemente, lo están pasando mal y su cerebro reacciona de esa manera.
- Paciencia. Debemos aguardar unos días a que todo vuelva a la normalidad y, mientras tanto, apoyarnos en una rutina que reconforte a nuestros hijos y con la que se sientan seguros en casa.
- Besos y abrazos. En los momentos en los que no estén malhumorados o desquiciados, aprovechad para demostrarles todo vuestro cariño, pues lo agradecerán enormemente.
Hemos insertado el hipervínculo de la entrada de las regresiones por si queréis ampliar la información de este post. No obstante, y como siempre, si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.