Principalmente, debido a un déficit de cariño y atención. Se trata de dos necesidades vitales que, al no estar cubiertas, provocan que nuestros hijos e hijas estén reclamando nuestra aprobación de manera continua, puesto que la falta de las mismas les genera inseguridad. Y nuestra misión, como padres y madres, es conseguir que nuestros peques aprendan a considerarse valiosos, respetados, especiales y poseedores de una opinión propia sin la necesidad de que nosotros los validemos.
Debemos entender que la necesidad de que muchas personas adultas requieran la aprobación externa comienza a gestarse durante la infancia, por lo que el problema viene de lejos. A veces se debe a padres y madres demasiado exigentes que, de manera inconsciente, han inculcado en sus hijos e hijas la obligación de complacerles en todo lo que hagan para obtener su amor y dedicación, provocándoles en el proceso una falta de amor propio que les lleva a buscar que sean otros los que reconozcan sus méritos. Y en otros casos, sucede justo lo contrario: papás y mamás que no han atendido lo suficiente a sus hijos cuando eran pequeños, y esto les hacía pensar que la única forma de obtener su afecto y tiempo era realizando todo lo que ellos quisieran, sin pararse a pensar en si realmente deseaban hacerlo o les hacía felices, desencadenando que de mayores se sientan desorientados.
Claves para educar a niños seguros de sí mismos
Para que todo lo que hemos mencionado anteriormente no suceda, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas pautas que podéis seguir para que vuestros hijos sean autosuficientes y no necesiten la aprobación de nadie para sentirse bien con ellos mismos.
- No condicionar. Ya sabemos que suena a mandamiento, pero es más sencillo que eso. Puede que en algunos casos, y sin darnos cuenta, asociemos el amor a un buen comportamiento, un logro o el desempeño con eficacia de una tarea. Esto creará en nuestros peques la sensación de que les queremos en base a sus acciones, y debemos transmitirles justo lo contrario. Independientemente de lo que hagan o de los errores que cometan, debemos dejarles claro que van a seguir gozando de nuestro cariño y atención. El amor de sus papás y mamás es incondicional.
- No sobreproteger. Lo hemos comentado más de una vez, pero el aprendizaje consiste en caerse y levantarse, por lo que no es sano que constantemente estemos tomando decisiones por nuestros hijos. En lugar de eso, es bueno que dejemos que decidan ellos y ellas, y si se caen o se equivocan, ya se levantarán o aprenderán; eso les brindará la confianza en ellos mismos que necesitan. Si tomamos decisiones por ellos, solo conseguiremos aumentar su inseguridad e incapacidad para resolver conflictos y tolerar la frustración.
- No comparar ni menospreciar. Y esto no va dirigido solo a ellos, sino también hacia sus compañeros u otros niños y niñas que formen parte de su entorno. El hecho de manifestar que otros peques no los entienden o van más avanzados que ellos no es necesariamente algo negativo, puesto que no siempre podrán congeniar con todos ni aprender al mismo ritmo, puesto que cada uno tiene sus tiempos. En contrapartida, podemos guiarles para que, por ellos mismos, entiendan cómo mejorar, validando al mismo tiempo el sentimiento de decepción que deben estar manifestando.
- Permitir que disfruten del proceso. No es tan importante alcanzar la meta como el hecho de trabajar para llegar hasta ella, y eso es algo que debemos inculcarles lo antes posible. El logro está en dar lo mejor de sí, y si lo consiguen, mejor; pero si no lo hacen, es importante que sepan que podrán intentarlo de nuevo. Si conseguimos que entienden esto, se volverán más inmunes a las opiniones externas y al rechazo.
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.