Por más que nos cueste reconocerlo, son muchas las ocasiones en las que resulta complicado verbalizar nuestros sentimientos. Y no es porque no sintamos ese cariño que deseamos mostrar, sino porque no encontramos las palabras adecuadas con las que vestir esas emociones, nos produce vergüenza, o sencillamente se nos ha educado en la falsa concepción de que manifestar lo que el corazón siente nos hace débiles. Pero no os preocupéis, que en esta entrada no vamos a daros un sermón sobre cómo expresaros mediante las palabras; más bien al contrario.
Cuando son pequeños, nuestros hijos e hijas no tienen un gran desarrollo del lenguaje, por lo que comprenden peor a través de las palabras. ¿De qué forma, pues, desarrollan su aprendizaje? Mediante sus manitas y las experiencias que tienen en el día a día, que para ellos y ellas son toda una aventura. En consecuencia, a esas cortas edades, como papás y mamás, no es tan importante lo que decimos como lo que hacemos, ya que nuestros peques entenderán mejor los hechos que las palabras. Y con el objetivo de que podáis mostrarles todo vuestro amor en un mes tan significativo como este, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas claves con las que llegaréis a sus corazones sin la necesidad de decir nada.
Claves para demostrar que queremos a nuestros hijos sin verbalizarlo
Muy atentos y atentas, que esto os puede servir tanto con los peques como en vuestra vida de pareja. Hay muchas formas de decir “te quiero” sin la necesidad de verbalizarlo, y a continuación os vamos a poner unos cuantos ejemplos.
- Emplear un tono suave y respetuoso para hablar. Los niños y niñas son más sensibles a los gritos o tonos de voz demasiado autoritarios, por lo que si les hablamos con cariño y en una frecuencia más baja, no solo lo tomarán como una muestra de afecto, sino que además responderán de una manera más positiva y proclive a realizar lo que les pedimos.
- Despertar con besitos. En lugar de decir “buenos días, cariño” o “venga, levántate, que llegamos tarde”, probad a rociarles los mofletes de besitos y a dedicarles una sonrisa en cuanto abran los ojitos. Veréis cuál es el efecto que causa un despertar con amor.
- Jugar con papá y mamá. Resulta conmovedor atesorar recuerdos de cuando nuestros padres jugaban con nosotros, por lo que no estaría de más dedicar un momento del día a pasar un rato jugando con nuestros peques. Tengamos tiempo o no, nuestros hijos e hijas nos van a buscar, así que si les demostramos que podemos dejar a un lado nuestros quehaceres durante un ratito, conseguiremos que se sientan atendidos y especiales.
- No regañar en exceso. Solo cuando su comportamiento esté perjudicando a alguien, como a un hermanito, amiguito o incluso a los vecinos, que raras veces nos acordamos de ellos. La sobrecarga de riñas provoca inseguridad, baja autoestima y tristeza, por lo que es bueno que cuando les corrijamos lo hagamos en un tono suave y tratando de no enfadarnos.
- Fomentar el contacto físico. Como ya os hemos dicho antes, los niños y niñas aprenden con sus manos más que con las orejas, por lo que no dejéis de dar abrazos, besos y caricias siempre que podáis, e incluso dejad que pongan sus manitas en vuestra cara para que recorran vuestras facciones mientras les hacéis carantoñas y sonreís; de ese modo entenderán cuánto les queréis.
Hasta aquí la entrada de hoy. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.