Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, esta entrada es, principalmente, para mamás. Pero, ojo con los papás, que esto también os interesa. Y es que en muchas familias se da la extraña circunstancia de que la madre, ya sea porque por lo general pasa más tiempo con los peques que el padre, y en consecuencia este tiende a ser más pedigüeño, pensando que de ese modo suple sus ausencias, o porque es más generosa y tiende a querer retratarlos con su pareja, no tienen tantas fotos con sus hijos e hijas como les habría gustado. Y lo peor de todo es que no se dan cuenta de ello hasta que los niños ya son mayores, y algunos momentos importantes ya han pasado.
Haced la prueba. Mirad los álbumes de fotos de vuestra infancia, y seguramente veáis más instantáneas con vuestros padres que con vuestras madres. ¿Por qué? Puede deberse a múltiples circunstancias que no vamos a desarrollar aquí, dado que cada familia es un mundo. Sin embargo, los hechos son los que son, y algunos patrones tienden a repetirse. Eso no significa que estemos de acuerdo con ello, dado que toda madre debería estar inmortalizada junto a sus hijos e hijas, y desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a daros algunos motivos y ejemplos, sobre todo a los padres, para que tengáis el móvil a mano y no desperdiciéis la oportunidad de sacar una fotografía de ese momento especial.
¿Qué momentos debemos fotografiar con nuestros hijos?
Seguro que estaréis de acuerdo con nosotras en que la mejor foto es aquella que no está planeada, sino que es fruto del momento, de algo que nos ha parecido bonito o nos ha entusiasmado, despertando el deseo de inmortalizarlo en una imagen. Así las cosas, aquí os dejamos algunos ejemplos de esos momentos.
- Experiencias cotidianas. Simple, ¿verdad? Pues en realidad son testimonios de momentos compartidos. Leyéndole un cuento a nuestro hijo o hija, haciéndole cosquillas mientras ríe, abrazándolo, dándole un beso, durmiéndolo, bañándolo, paseando juntos… ¿Hay algo más bonito que ver a la madre de nuestros hijos, a la persona que hemos elegido libremente para compartir nuestra vida, dando mimos al fruto de nuestro amor? Pensadlo, porque nosotras creemos que vale la pena fotografiar esos momentos. Sobre todo, cuando atravesamos esos periodos duros y de incertidumbre que la vida en ocasiones nos pone, para que recordemos lo afortunados que somos. Si tenemos salud, amor, y trabajo, no necesitamos nada más.
- Primeras veces. En otros ámbitos, se suelen considerar malas, y deseamos olvidarlas, aunque no podamos elegir qué recordar y qué dejar atrás. Por el contrario, las primeras veces con nuestros peques son algo que jamás se volverá a repetir. La primera vez que gatearon, caminaron, que dijeron “mamá”, que se les cayó un diente, que fueron al baño solitos, que se durmieron sin ayuda, que comieron solitos, que se bañaron en el mar o la piscina, que compartieron un viaje con nosotros… Todos esos momentos, si no los fotografiamos, y citando a Rutger Hauer en Blade Runner, se perderán como lágrimas en la lluvia.
- Revivir el amor. Esto no es un momento específico, sino una razón. La razón. Al fin y al cabo, las fotos son eso, una forma de recrear la memoria y recordar que en algunos instantes de nuestra vida fuimos felices. Nada dura eternamente, ni nadie es feliz para siempre. Lo que sí podemos hacer es tratar de disfrutar al máximo los pequeños bocados de alegría que se ponen a nuestro alcance. No importa que los niños estén limpios o sucios, ni que las mamás vayan divinas o con una coleta de guerreras. Lo más importante es que salgan ambos, demostrando el amor que se están profesando.
Aprovechad las vacaciones para coger el móvil y sacar una bonita foto de vuestra chica (porque aunque sea madre, sigue siendo vuestra chica) junto con vuestros hijos e hijas. Nos lo agradeceréis. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.