Aproximándose las vacaciones de verano, una de las cosas más importantes que podemos enseñar a los niños y niñas, y a las que tienen derecho están relacionadas con lo que normalmente consideramos fallos y errores. Para ello, es fundamental, por nuestra parte, que trabajemos la paciencia. Y aunque resulte paradójico, lo cierto es que nuestros hijos aprenden mucho en estas situaciones que solemos calificar como no deseables.
Si hemos puntualizado que, como papás y mamás, es importante que trabajemos la paciencia, es porque sabemos que habrá momentos en los que probablemente la perdamos. Las vacaciones, aparte del merecido descanso laboral, implican más horas en compañía de nuestros hijos e hijas que a las que estamos acostumbrados, y a su vez, eso puede derivar en presenciar comportamientos que nos son desconocidos, ya sea porque ocurren mientras permanecen en la guardería, o bien porque es la primera vez que los llevan a cabo. Así, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a mostraros algunos derechos que tienen nuestros peques en este periodo estival.
¿Cuáles son los derechos de nuestros hijos?
Dicho lo anterior, despacito y con buena letra.
- Papás y mamás que se equivocan. La perfección no existe, y menos cuando se trata de ser padre, puesto que como hemos dicho en alguna ocasión, no es más que una carrera de fondo. Nadie nace sabiendo educar a un niño, máxime teniendo que lidiar al mismo tiempo con las imperfecciones propias de cada ser humano. De ese modo, no debemos tener miedo a equivocarnos, pues sólo podemos levantarnos después de habernos caído.
- Familiares chinchones. Pueden ser tíos, abuelos, primos… El que escribe estas letras recuerda que su tío, cuando era niño, le mordía los mofletes y le pinchaba con el bigote, lo cual no le agradable lo más mínimo; pero no dejaba de ser una broma tras la que había una muestra de cariño. Así pues, lejos de perturbar la calma de nuestros hijos, les ayudará a saber qué es una broma, tolerarla, y desarrollar la paciencia y la frustración. Pero lo más importante de todo, es que les ayudará a recordar a esas personas cuando ya no estén.
- Aburrirse. Este es el derecho por antonomasia de los niños y no debemos hacer nada para que desaparezca, dado que se trata de una necesidad psicológica. El aburrimiento es necesario para desarrollar anticuerpos. Anticuerpos frente a la falta de imaginación propia y de iniciativa. Frente a la incapacidad de identificar qué es lo que nos mueve por dentro. Los niños y niñas necesitan estímulos para crecer y desarrollarse, pero cuantos más de esos estímulos crezcan en el interior de los propios peques y sean buscados por ellos mismos, mucho mejor.
- No ser regañados cada vez que hagan una trastada. Todos los niños y niñas tienen derecho a aprender por sí solos sin el corsé que implica tener a alguien al lado que les corrija en cada momento. De hecho, para algunos aprendizajes el no decir nada y aprender por uno mismo es más eficaz que ser corregido. Ojo, que no debemos confundir esto con permitir que hagan cuanto les venga en gana. Simplemente, un poco de manga ancha, insistimos, de vez en cuando, no viene mal para su propio crecimiento.
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.