La respuesta es un rotundo SÍ. Y es que, con demasiada frecuencia, observamos que algunos padres y madres confunden la disciplina positiva con no establecer límites en el comportamiento de sus hijos e hijas. ¿Qué sucede entonces? Pues que los niños desarrollan una tendencia a la rebeldía, rabietas constantes, faltas de respeto y conductas intolerables no solo hacia nosotros, sino también hacia los demás.
Es importante que entendamos que los límites son necesarios para los niños en la misma medida que el afecto o el cariño que les profesamos. No se trata de medidas de sumisión que coarten su libertad, sino de barreras que les sirvan de protección a ellos mismos y a los demás. Cuando son tan pequeños, no son capaces de discernir entre lo que está bien de lo que está mal; lo que deben hacer y lo que no. Y si no limitamos su comportamiento para que no se hagan daño o lo inflijan a otros, como un hermanito, amiguito o incluso una persona adulta a la que pueden molestar por la calle, estaremos educando niños y niñas desobedientes, rebeldes y sin ningún tipo de empatía.
¿Para qué sirven los límites en los niños?
Desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori, vamos a exponeros algunas razones por las que son necesarios.
- Ayudan a entender a los demás. Poniendo límites, estamos enseñando a nuestros hijos no solo hasta dónde pueden llegar ellos, sino también cómo funcionan las personas de su entorno, que también se cansan, están tristes o enfadadas. Y en consecuencia, cuando están así, no debemos molestarlas. Por ejemplo, si quieren que les leamos otro cuento o sigamos jugando con ellos, podemos decirles que continuaremos mañana, puesto que estamos cansados y necesitamos dormir.
- Reducen su frustración. Delimitando lo que no deben hacer, estamos evitando que caigan con más frecuencia en las temidas rabietas o que pierdan el control de sí mismos al no conseguir algo. Y no importa que esto les parezca mejor o peor, porque los responsables de su bienestar y educación somos nosotros: sus padres y madres.
- Contribuyen a que ellos mismos se protejan. Frente a comportamientos que no les gusten o faltas de respeto. De ese modo, comenzarán a valorarse a sí mismos, que es el camino a seguir para que los demás también lo hagan. Y a su vez, esto les permitirá relacionarse con mayor normalidad y seguridad con otros niños y niñas.
- Guían su comportamiento. Cuando no saben qué hacer, nuestros hijos e hijas recuerdan que hay ciertas normas que no deben transgredir, puesto que ya las habremos establecido, y por lo tanto les sirven para no incurrir en comportamientos rebeldes ni faltar al respeto a otras personas. Por ejemplo, si estamos comiendo en un restaurante, no deben molestar a otros clientes yendo a sus mesas o gritando.
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.