¿Cómo educar a niños con mucho carácter?

niña gritando

Son muchas las ocasiones en las que papás y mamás nos preguntan qué hacer o cómo actuar debido al fuerte temperamento de sus hijos o hijas, puesto que su tendencia a la desobediencia, así como a tener rabietas cuando no consiguen lo que quieren, desatan situaciones de conflicto con demasiada frecuencia, que no siempre se abordan de la manera adecuada, bien por el agotamiento cotidiano, o porque simplemente se les han acabado los recursos.

En primer lugar, hay que entender que tener mucho carácter no es sinónimo de maldad o albergar el oscuro deseo de sacarnos de quicio. Los niños y niñas con genio suelen sentirse incomprendidos, dado que en algunos momentos son ellos mismos quienes, inconscientemente, y debido precisamente a ese temperamento, no pueden manifestar lo que quieren de una manera calmada y respetuosa. Por esa razón, es importante que logremos entender cómo llegar a ellos para poder sacar su mejor versión, y que ese carácter les sirva en el futuro para no rendirse y luchar por sus objetivos. 

Consejos para educar correctamente a niños con carácter

No todos los niños son iguales, por lo que no podemos emplear la misma forma de educar a uno con tendencia a obedecer (normativo), que a otro más proclive a manifestar comportamientos rebeldes. Así pues, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas claves para aliviar la tensión de educar a esos pequeños todoterrenos y poner en práctica lo que sea más adecuado para ellos.

niña enfadada
  • Desgastar. El secreto está en cansarlos; es una carrera de fondo, no de velocidad. Si a un niño o niña rebelde se le dice que no se suba a la mesa, le faltará tiempo para hacerlo. Dicho de otra manera, las imposiciones, lejos de funcionar, generan el efecto contrario. No hay nada más irresistible para los pequeños guerreros que una prohibición. ¿Qué podemos hacer entonces? Advertirles. ¿Cómo? “Si te pones a saltar arriba de la cama, te caerás y te harás daño” o “si no recoges ahora tus juguetes, te los quitaré”. ¿Así nos harán caso? A la primera no, y a la segunda puede que tampoco. Gritarán, patalearán y llorarán. Pero cuando lleven unos cuantos chichones o estén cansados de aburrirse al no poder jugar, comenzarán a escucharnos de otro modo. El aprendizaje de este tipo de niños y niñas es distinto, puesto que su forma de ser requiere que ellos mismos se den cuenta de lo que pueden hacer y lo que no sin que nosotros les obliguemos.
  • Establecer unas normas básicas en casa. Y ponerlas a la vista de nuestros hijos e hijas para que puedan recordarlas con frecuencia. Estas normas pueden incluir: hablar sin gritar, pedir las cosas por favor, dar las gracias, disculparse si han hecho daño a alguien, respetar los objetos de los demás, caminar sin dar pisotones para no molestar a los vecinos, recoger los juguetes y guardarlos en su sitio… Solo son algunos ejemplos, pero repetirlas de vez en cuando y recordar que la infracción de las mismas tendrá consecuencias puede resultar positivo.
  • No castigar ni emplear la violencia. Quizá surta efecto a corto plazo, pero a la larga el comportamiento rebelde volverá a repetirse una y otra vez. Mejor que eso, podemos emplear medidas disciplinarias orientadas a que los peques entiendan que su comportamiento no ha sido correcto y deben enmendarlo. Y ojo, que esto no implica que lo acepten de primeras; se negarán. Pero si en lugar de mostrarnos duros, cuyo único resultado será que nos desafíen, les decimos que como consecuencia de haber quebrantado una norma deben hacer una tarea para compensarlo, les permitiremos reflexionar sobre su error y, ya de paso, concedernos a nosotros mismos un margen para no perder los estribos.
  • Usar el amor y la ternura. Lo hemos dicho muchas veces, pero muchos comportamientos rebeldes llegan como consecuencia de una falta de atención por nuestra parte. No debemos olvidar que tener mucho carácter no es incompatible con necesitar el cariño de papá y mamá. Así que cuando tengan alguno de esos arranques que normalmente nos conducen al enfado, cambiemos de actitud e intentemos darles cariño, pues puede que eso sea justo lo que necesitan.

Para concluir, debemos tener presente que los niños y niñas con mucho carácter son muy independientes y necesitan aprender por su cuenta, por lo que los consejos que os hemos dado, exceptuando el último, van encaminados a este propósito: la autorreflexión. Si tenéis alguna duda, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.   

¿Cómo educar a niños con mucho carácter?
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