Lo primero que tenemos que aclarar es que el título de esta entrada es puramente orientativo, puesto que tanto da que nuestros hijos e hijas prefieran estar con su mamá o con su papá, e incluso dándose el caso de tener dos madres o dos padres. Nosotras nos referimos a que muestren una clara tendencia hacia uno u otro, haciendo que el excluido se sienta menos querido. Y es totalmente legítimo experimentar ese rechazo, máxime si estaba acostumbrado a ser el o la elegida por su pequeñín. Sin embargo, no debemos preocuparnos, puesto que se trata de algo muy frecuente.
¿Por qué ocurre esto? Descartemos pensar que estamos haciendo algo mal y que ese rechazo perdurará en el tiempo. No se trata de un distanciamiento que tenga su origen en algo concreto, ni mucho menos porque estemos educando mal a nuestros pequeños. Más bien, se trata de una nueva fase transitoria, pasados los dos o tres años de edad, del desarrollo psicológico del niño en su proceso de autonomía. ¿Y eso qué tiene que ver? Pues mucho. En este periodo, nuestros hijos necesitan sentirse independientes, tomar sus propias decisiones, puesto que comienzan a desarrollar su identidad. Ya no les vale que mamá o papá les digan qué ropa ponerse o con qué juguetes jugar, por lo que la elección de pasar más tiempo con uno u otro también está relacionada con esta fase que, insistimos, es temporal.
¿Qué podemos hacer si nuestro hijo quiere estar solo con papá?
Para empezar, no volvernos locos. Como ya hemos dicho antes, no estamos haciendo nada malo, ni tenemos que modificar nuestra conducta. Se trata de un proceso que durará un breve periodo de tiempo y que es necesario para la autonomía de nuestros hijos e hijas. Dicho esto, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunos consejos para llevarlo mejor.
- No mostrarnos ansiosos y respetar sus decisiones. ¿Nunca le habéis preguntado a un ser querido o un amigo qué le pasaba, al apreciar en él un comportamiento distinto, hasta que de tanto indagar os ha respondido que lo que le pasaba es que le estabais poniendo nervioso con tanto interrogatorio? Pues esto es lo mismo. Si agobiamos a nuestro pequeño, se alejará de nosotros con razón. Así que lo mejor que podemos hacer es no interferir en el proceso y dejar que vuelva a nosotros cuando él quiera. Y lo hará, dadlo por hecho.
- Educar de forma positiva. Se trata de una etapa de desafíos, puesto que con la independencia y la toma de decisiones también llegan las rabietas, los enfados y las faltas de respeto. Por lo tanto, es un buen momento para que pongamos en práctica lo que hemos comentado en entradas anteriores de este blog y establezcamos límites para guiar a nuestros hijos.
- Disfruta del proceso. Tratándose de una etapa pasajera, pronto volverá a reclamar la atención de su mamá, en caso de haberse acercado a su papá, o viceversa. E incluso a su otro papá o su otra mamá. Así pues, es importante tanto que el elegido goce de esos momentos de apego con su pequeñajo, como que el rechazado se tome un merecido descanso y pueda aprovechar el tiempo que le quede libre para sí mismo y recargar pilas.
¡Os deseamos unas felices vacaciones de verano! Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.