Independientemente de la edad que tengamos, todos pasamos por malos momentos, o simplemente tenemos un mal día, puesto que son parte de la vida, al igual que los buenos. Y tampoco importa que estemos de vacaciones, puesto que este calor saca de sus casillas a cualquiera y no todos tienen el privilegio de contar con un aire acondicionado en sus casas. Así pues, en el caso que nos interesa, que es el de los niños y niñas, como sus papás y mamás podemos hacer algunas cosas para tratar de ayudarles a llevar estos momentos de estrés, enfrentarse a un problema y calmarse de manera positiva.
Desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori, aun estando de vacaciones, vamos a proponeros algunos consejos para estos días de calor extremo en los que nuestros hijos pueden tener un mal día y nuestros nervios están a flor de piel.
¿Cómo ayudar a los niños cuando tienen un mal día?

Las opciones son muy variadas, por lo que os dejamos unas cuantas de las que podéis serviros.
- Diálogo. Es la base de todo. Cuando expresamos nuestras emociones y pensamientos, aliviamos la sensación de angustia que estamos experimentando, por lo que dejar que nuestros peques nos cuenten qué les pasa contribuirá mucho a que superen sus problemas y se sientan mejor.
- Empatía. Mostrar comprensión permitirá que nuestros hijos desarrollen la resiliencia, que es la capacidad de superar adversidades. Y del mismo modo, normalizar sus emociones y no trivializarlas les enseñará que no deben avergonzarse de lo que les pasa ni sentir culpa.
- Buscar el lado positivo. Sí, a veces no lo hay. En tal caso, se nos presentan dos opciones que podemos inculcar a los niños y niñas: aprender y aumentar su fortaleza.
- Apoyar. Un breve recordatorio respecto a la capacidad que nuestros hijos tienen para superar los contratiempos les ayudará a activar la región de sus cerebros en la que se encuentra la resolución de problemas, así como a desarrollar confianza en sí mismos, que es el primer paso para buscar soluciones a las dificultades que se les presenten.
- Nada dura eternamente. Todas las emociones son pasajeras, y recordarlo de vez en cuando suele tener un efecto calmante para quien las está experimentando. Así pues, si les decimos a nuestros hijos que aunque en este momento estén sufriendo, lo que ahora sienten terminará desapareciendo, les ayudará a reducir el estrés y encontrar algo de luz al final del túnel. Conviene recordar que el estrés no aparece porque nos topemos con un obstáculo, sino porque nos sentimos incapaces de superarlo.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.