Sabemos bien que el trabajo de quedarse con nuestro peque en casa es un oficio muy denostado. Estableciendo un símil algo atrevido, podríamos decir que se juzga del mismo modo que ser ama o amo del hogar, puesto que en principio puede parecer que no entraña ningún esfuerzo físico ni tampoco un gran quebradero de cabeza. Pero claro, no es más que una leyenda urbana fomentada por todos aquellos que no saben lo que implica llevar una casa, ni para el caso que nos compete, el cuidado de un bebé. Así pues, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proceder a desmitificar esta falsa creencia.
Lo más importante es entender a nuestra pareja, ya sea hombre o mujer. Huid de ese mito, también arraigado, de que la que debe quedarse con el bebé es la madre. No, ni mucho menos. Y es más, si canalizamos todo ese peso sobre la mamá en cuestión, es muy probable que termine mandándonos a freír espárragos, pues no en vano es uno de los temas que más fricciones genera en las parejas. Así que, escuchad atentamente papás: poneos las pilas, que aquí se viene a currar. Dicho esto, cuidar de un niño o niña implica un desgaste físico y psicológico enorme, por lo que no debemos restarle importancia. Muy al contrario, es necesario que comprendamos y apoyemos a nuestra pareja, puesto que de ese modo la carga será más liviana y además entenderá que, aunque tengamos que irnos cada mañana o tarde (en función de los turnos laborales que tengamos), estamos implicados con su labor.
¿Qué necesitamos llevar a casa después de trabajar?
Hay una serie de cosas que debemos tener preparadas cuando lleguemos de la oficina o nuestro puesto de trabajo, así que abrid bien los ojos, porque las vais a necesitar.
- Brazos fuertes y preparados. Sí, sabemos que estaréis cansados tras estar todo el día trabajando, lidiando con compañeros que os caen mal y con un jefe que probablemente sea un impresentable, pero vuestras parejas también están agotadas, y lo más probable es que hayan terminado tan asqueadas que, incluso antes de daros un beso o un abrazo, os pongan al bebé en los brazos y no lloren por vergüenza. Podéis tomarlo como un relevo, y que mientras vosotros lidiáis con la fiera un rato, vuestra pareja se duche, se eche un sueñecito, haga una comida en condiciones o incluso se vaya a dar una vuelta para despejarse y oxigenar el cerebro.
- ¡La leche! Tanto si está tomando teta como si le damos biberón, necesitamos tenerlo preparado para cuando nuestra pareja esté descansando y no podamos disponer de ella. Que sí, que parece muy fácil, pero como la criatura se nos ponga a llorar y no tengamos nada que darle, conoceremos el infierno. En ese caso, tener un poquito de leche de emergencia no nos vendrá mal.
- Oídos bien abiertos. Es muy probable que vuestra pareja esté deseando contaros todos los progresos, monerías o trastadas que haya hecho el peque en vuestra ausencia. O incluso si no es así, que simplemente necesite a otro adulto con quien mantener una conversación coherente y que pueda responderle con palabras que ella pueda comprender. Y sí, de nuevo sabemos que lo que necesitáis al llegar a casa es desconectar y relajaros, pero tener un hijo implica ciertas cosas, y esta es una de ellas, así que tomadlo como una responsabilidad más de vuestra rutina diaria.
- Las cosas cambian. Es una realidad que la llegada de un peque supone un cambio enorme, por eso es tan importante realizar un ejercicio de reflexión para saber si es realmente lo que queremos y, en caso de ser así, si estamos preparados para ello. Y una vez hemos dado el paso, cuando lleguemos a casa de trabajar no podemos esperar que nuestra pareja se haya encargado del niño y encima tenga todo como los chorros del oro, porque cuidar de un pequeñajo implica muchísimo tiempo y energía. ¿Esto qué significa? Pues que por muy cansados que estemos, al llegar a casa las tareas del hogar pasan a ser obligación de los dos, tanto del que se queda como del que se ha ido.
- Mimos. Vuestra pareja debe recordar que la queréis, que estáis ahí, y que aunque todo haya cambiado por fuera, por dentro sigue igual. Queredla, amadla y cuidadla.
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.