¿Por qué pegan los niños?

niños peleando

Se acerca la Navidad, y para no repetir el tema de los juguetes, que ya lo abordamos con creces el año pasado, vamos a focalizarnos en otro tema de interés: las riñas entre niños y niñas. Ya sin restricciones, las familias se reúnen y los peques tienden a pelearse por cuestiones la mar de variadas. Ahora bien, lo primero que tenemos que entender es por qué pegan los niños, para posteriormente ayudarles a expresarse de otra forma.

Para empezar, pegar es un comportamiento totalmente normal, sobre todo durante los primeros años de vida, como consecuencia de la escasez de recursos lingüísticos e incapacidad para gestionar la frustración de los peques. ¿Esto qué provoca? Pues que para manifestar su enfado o disconformidad antes una situación, como puede ser que otro niño le arrebate un juguete o que se le prohíba hacer algo, recurran a lo fácil, que es pegar. Y hasta cierto punto, debemos ver que es bueno que nuestros hijos e hijas peleen por lo que quieren, puesto que demuestra carácter y voluntad, e incluso que expresen su rabia en lugar de callárselo, lo que daría lugar a personitas introvertidas a las que nos costaría más trabajo llegar en el futuro. Sin embargo, nuestra función, como sus papás y mamás, es que aprendan a expresar sus sentimientos sin causar daño a nadie. 

Dicho esto, ¿los niños que pegan son malos? No, no lo son. Otra cuestión sería que se comportaran de ese modo a una edad más avanzada, en cuyo caso nuestra respuesta sería distinta. Pero siendo tan pequeñajos, y como ya os hemos adelantado arriba, las razones pueden ser muy diversas, como dificultades en el habla, impulsividad, dificultad para comprender límites, o padres y madres que les hablan en varios idiomas, por lo que tardan más en desarrollar el lenguaje. En tal caso, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a tratar de mostraros algunos aspectos que debéis tener en cuenta para guiarlos en su manera de comportarse. 

¿Cómo ayudar a los niños a que se expresen de forma positiva?

niños abrazandose

Sí, pegar es algo natural, pero no implica que esté bien ni debamos permitirlo. No podemos obtener lo que queremos recurriendo a la violencia, puesto que vivimos en sociedad y algunas de las normas establecidas deben ser cumplidas. Entenderlo nos permitirá abordar la segunda entrada del mes. Pero por lo pronto, vamos a centrarnos en el origen del asunto. Además, no es lo mismo un bebé de unos meses que un niño de tres o cuatro años, que ya pueda discernir lo que está bien de lo que está mal, aparte de gozar de un mayor autocontrol para gestionar sus emociones y no recurrir automáticamente a los manotazos o mordiscos para conseguir lo que quieren.

  • Poner límites. Sirven para proteger a nuestros hijos e hijas de lo que no entienden o su incapacidad de decidir. Y ojo, que en algunos momentos es bueno que dejemos que saquen su genio para que se defiendan y hagan respetar, pero si esto ocurre con demasiada frecuencia, debemos indicarles que no está bien y estar más pendientes de ellos si se hallan en un entorno donde sea más fácil que peguen. 
  • Explicar las cosas. Se trata de un proceso a largo plazo, dado que siendo tan peques su capacidad de raciocinio es reducida. Pero a medida que se vayan haciendo mayores podrán ir entendiendo cómo se sienten los demás cuando les pegan o cómo nos sentimos nosotros. Eso también les hará comprenderse mejor a sí mismos. 
  • Evitar gritos y castigos. En la medida de lo posible, ya que en algún momento podemos perder los nervios y también es normal. Pero si gritamos a un niño cuando está nervioso, lejos de calmarlo, lo estamos asustando y provocando que su nivel de nerviosismo aumente. En consecuencia, la próxima vez que se halle en una situación similar, en lugar de controlarse, perderá los estribos y volverá a pegar. Y si castigamos, contribuimos a que su rabia, frustración y enfado aumente, por lo que estaremos en las mismas. Ahora bien, esto no implica que nos quedemos de brazos cruzados.
  • Constancia. Los límites deben ponerse siempre o casi siempre, estando atentos a la situación para considerar si se requieren o no. De nada sirve que en unas ocasiones regañemos o reconduzcamos a nuestros hijos, si en otras similares no lo hacemos. Y para lograr esta uniformidad, es importante que todos los adultos a cargo de los peques rememos en la misma dirección y que estemos atentos a los momentos del día para identificar sus estados de ánimo y cuando puede desencadenarse una agresión. 

Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

¿Por qué pegan los niños?
Scroll hacia arriba