Si en la entrada anterior os explicábamos la forma en que los niños y niños muestran su malestar y cómo reconocer estos comportamientos, hoy vamos a centrarnos en vosotros, sus papás y mamás, para aconsejaros respecto a la manera más adecuada de proceder en estas situaciones tan incómodas.
Como podíamos apreciar, todos los comportamientos que enunciamos hace una semana eran maneras en las que los niños y niñas expresan el malestar cuando no pueden hablar, ora porque son muy pequeños, ora porque no se atreven a enfrentarse a un adulto del que dependen emocionalmente. En estos casos, es fundamental que sepamos discernir cuando nuestra forma de actuar ha sido la adecuada, y el niño simplemente tiene que expresar su enfado, o ese enojo proviene de una actuación desafortunada por nuestra parte.
¿Qué hacer cuando nos equivocamos con nuestros hijos?
Desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a daros algunas pautas a seguir cuando metemos la pata con esos locos bajitos que nos roban el corazón.
- No sentirnos culpables. Existe un refrán maravilloso que reza lo siguiente: A lo hecho, pecho. Nadie nace aprendiendo a ser papá y mamá. Más bien, se trata de una carrera de fondo en la que no dejamos de aprender durante el proceso. A veces acertamos y otras tantas erramos. Tal vez se nos escape un grito, una palabra fuera de tono, no prestemos la debida atención o no comprendamos las necesidades de nuestros hijos e hijas. Está bien, no pasa nada. Todos tenemos derecho a equivocarnos. De lo que se trata es de no tomarlo por costumbre y aprender de nuestros errores para tratar de hacerlo mejor.
- Pararnos a reflexionar. Si nos hemos equivocado, es bueno detenernos y pensar qué podríamos haber hecho de forma distinta. A veces nuestras vidas son tan trepidantes que tenemos la solución justo delante y no somos capaces de verla. Puede que se trate de algo tan sencillo como estar más atento o guardar el teléfono en el bolsillo cuando nos están contando algo importante para ellos. Y si es más difícil de controlar, pedir ayuda nunca está de más. Lo importante es que nos demos cuenta de cómo nuestra forma de actuar ha podido afectar a nuestros hijos e hijas y tomemos la determinación de que no vuelva a ocurrir.
- Dar un paso adelante. Una vez hemos detectado lo que hicimos mal, pasamos a la siguiente fase. En algunos casos la solución puede ser reducir la carga de trabajo para pasar más tiempo con nuestros peques o disponer de él para poder prestarles más atención. En otros, la forma de tomarnos las cosas y exigirnos. Y finalmente, aprender estrategias más eficaces para corregir a nuestros hijos de forma positiva, sin gritos ni castigos.
En definitiva, siempre es mejor aprender a escuchar a nuestros hijos e hijas que tomarnos su comportamiento como un desafío a nuestra autoridad. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.