¿Qué deben ver los niños en casa?

niños con sus padres

No queremos pecar de dogmáticas, por lo que tanto como “deber” puede resultar excesivo. Lo más adecuado sería utilizar el término “recomendable”, pero en el posicionamiento SEO algunos verbos ayudan más que otros, aparte de enfatizar el contenido de la entrada. No obstante, no perdamos el foco de lo que nos concierne, porque lo que nuestros hijos e hijas ven en casa por parte de sus padres y madres es muy importante para su desarrollo presente y futuro. 

Por lo general, no solemos tomar partido en estos asuntos, puesto que entendemos que corresponden al ámbito privado de cada pareja, matrimonio o como sus integrantes gusten en llamarlo. Sin embargo, siendo como somos guías infantiles, y buscando el bienestar y la paz mental de los peques, creemos necesario compartir algunas reflexiones que hemos ido aprendiendo a lo largo del tiempo, y que nuestro muy estimado redactor va a tratar de haceros llegar, con el objetivo de desmitificar algunas falsas creencias de las relaciones que terminarán afectando negativamente a nuestros hijos e hijas. 

¿Qué mitos de pareja afectan a la educación de los niños?

Lo más importante que un niño o niña debe ver en casa, con sus papás y mamás, es amor. Y más ahora, que llega la Navidad. Los regalos y juguetes se olvidan, pero lo que vemos permanece en la memoria, para bien o para mal. Y, ya puestos, mejor que sea para bien. Así pues, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a citaros algunos ejemplos de lo que consideramos falsas creencias en una relación. 

  • Mi felicidad depende de mi pareja. Este es el más común, y el motivo por el que muchas relaciones fracasan. Uno de los miembros padece graves problemas de autoestima y deposita en el otro la responsabilidad de darle el amor que no siente hacia sí mismo. Pues bien, no funciona así. Cada uno es responsable de su felicidad. Nadie, excepto tú mismo, puedes hacerte feliz. Y lo que venga, lo que compartimos, debe ser un añadido. Pero lo principal es que seamos felices con nosotros mismos. Sólo así podremos establecer conexiones sanas.
  • Mi pareja debe saber lo que quiero en todo momento. No, esto tampoco. Nuestra pareja no posee poderes de adivinación ni una bola de cristal para saber lo que pasa por nuestra cabecita. Es muy importante, y nuestra responsabilidad, comunicar nuestras necesidades y sentimientos para que una relación prospere de manera adecuada. Además, otro factor a tener en cuenta es el cansancio acumulado de cada día, puesto que resulta más difícil empatizar y ponernos en el lugar del otro. Por esa razón es tan importante que nuestros hijos e hijas nos vean expresando cómo nos sentimos y les enseñemos a hacer lo propio. 
  • La pasión dura eternamente. Lamentablemente, no funciona así. Contamos con muchas etapas y momentos en la pareja. Y el amor apasionado es uno de los más importantes, sobre todo durante los primeros años. Sin embargo, debemos entender que cuando un peque llega a nuestras vidas, necesariamente, algunas cosas van a cambiar. De lo que se trata, pues, es de encontrar un equilibrio entre el tiempo que dedicamos a la crianza y al trabajo, pero sin descuidar nuestra relación. Recordad que aunque ahora nuestra pareja sea madre o padre, es la persona con la que hemos decidido compartir nuestra vida, y por ende, la más importante. Nuestros hijos crecerán, se harán mayores y forjarán su propio camino; pero nuestra pareja decidió libremente recorrer y compartir ese camino con nosotros. Es fundamental que los peques vean que ese amor y respeto no se pierden en el proceso. 
  • Las tareas se reparten equitativamente. No, tampoco. Para que un equipo funcione bien, y eso es lo que formamos con nuestra pareja, cada integrante debe hacer lo que mejor se le da. Distribuir las tareas en función de los intereses y habilidades es una buena opción. Lo importante es dialogar y llegar a acuerdos satisfactorios para las dos partes. De esta forma, estamos demostrando a nuestros hijos que es posible formar sinergias con otras personas. El concepto de sinergia no lo entenderán ahora, pero sí verán que trabajar en equipo no es una tortura.
  • Debemos educar como nos educaron. Cuando nos convertimos en papás y mamás, desembarcamos en la vida familiar con un montón de esquemas, patrones y hábitos que observamos en muestra infancia. Sin embargo, no tenemos por qué seguir ese camino. De hecho, es mejor que como pareja encontremos nuestra propia forma de educar.

Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

¿Qué deben ver los niños en casa?

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