Todos estamos pletóricos cuando llega la Navidad. Los días de vacaciones nos llevan a establecer nuevos propósitos con los que comenzar el nuevo año, que en la mayoría de casos no cumpliremos, pero el éxtasis de no tener que madrugar para trabajar es lo que suele tener. Sin embargo, esta alegría puede ir disipándose poco a poco, puesto que los días festivos son largos, llenos de excitación, reuniones familiares y festejos, que nuestros peques no llegan a entender y que les confunden a la hora de discernir qué pueden o no pueden hacer. Y aunque el tiempo libre es un regalo, no todo puede ser caos y desestructuración, que sin duda alguna nos hará estallar en algún momento.
Es posible que durante los primeros días de vacaciones no notemos esto de lo que hablamos, pero os aseguramos que llegará un momento en el que nos agotaremos. Así pues, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a proponeros algunas estrategias con las que sobrellevar las fiestas para cuando necesitemos echar mano de ellas.
Estrategias con las que pasar la Navidad con los niños
No pretendemos deciros qué hacer durante estos días, pues cada familia es libre y lo que decida bien hecho estará. Sin embargo, por si acaso la cosa se tuerce, os dejamos algunos recursos que tal vez os sirvan de ayuda.
- Las normas claras y el chocolate espeso. El chocolate para nosotros, si nos gusta. Y las normas para nuestros hijos e hijas. Se puede ser flexible con algunas, como la hora a la que se van a la cama, puesto que si estamos yendo de acá para allá con total seguridad no se acostarán a la misma que en su día a día, o incluso ver un poquito más la tele. No obstante, algunas otras normas deben ser inamovibles, como cepillarse los dientes antes de dormir.
- ¡Movimiento! ¡Queremos movimiento! Encerrar a los niños y niñas dentro de una casa es la mejor forma de aumentar el cortisol, la hormona del estrés. Por esa razón, aunque haga frío y no apetezca salir a la calle, es bueno que reciban una buena dosis de parque, donde puedan correr, trepar, saltar, gritar y cualquier cosa que gaste sus pilas para que por las noches estén más cansados y se duerman más fácilmente. Así que, abrigo, bufanda, guantes, gorrito y a la calle. Ya tendremos tiempo para estar calentitos con el pijama el resto del día.
- Hacer un calendario de Navidad. Los peques no entienden qué es la Nochebuena, Nochevieja, etc. Y aunque se lo expliquemos, lo más probable es que sigan sin comprenderlo. Así pues, con una pequeña ayuda visual su memoria prospectiva (la memoria de lo que va a ocurrir en el futuro) podrá entender y anticipar los próximos días y estar preparada para ellos. Aunque pueda parecernos irrelevante, ayudar a los niños a ubicarse reduce de una manera significativa el grado de estrés y conflictos en casa. Una vez hecho esto, podemos repasar con ellos cada noche lo que va a ocurrir al día siguiente para que interioricen una rutina o incluso darles alguna responsabilidad.
- Desconexión. Aunque comúnmente la Navidad sea para estar en familia, tampoco está de más gozar de tiempo a solas con nuestra pareja, amigos o simplemente para nosotros mismos, sin niños. Las vacaciones también nos tienen que servir para descansar y rebajar nuestros niveles de irritabilidad.
- Un as en la manga. Si todo falla, recurrid a aquello que produce un efecto relajante en vosotros. Por ejemplo: un rato de lectura, escuchar música, mirar las llamas en la chimenea de Netflix… Cualquier cosa que os ayude a calmaros.
¡Os deseamos una muy feliz Navidad y un próspero año nuevo 2024! Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.