¿Cómo expresan los niños su malestar?

niños jugando

Abrimos melón. ¿Cómo puede un niño o niña, que apenas sabe hablar, expresar su tristeza o enfado por la forma en que sus papás y mamás los tratan? Ojo, que nos encontramos ante una de las preguntas del millón de euros. 

Para empezar, hay que recordar que los niños y niñas menores de cinco y seis años no pueden expresar con palabras sus emociones. Incluso a los que son más mayores les cuesta, así que imaginad a los peques, cuya única forma de transmitir su malestar es con su cuerpo y comportamiento. Y precisamente por eso, para que podáis identificar las formas en que vuestros hijos comunican sus emociones negativas, como enfado, rabia, tristeza o frustración, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori hemos preparado algunos ítems que os sirvan de ayuda. 

Consejos para reconocer los sentimientos de nuestros hijos.

niños jugando

Antes de entrar en materia, debemos tener presente que las reacciones que vamos a mostrar no son intencionadas. Es decir, cuando como sus papás y mamás nos enfadamos mucho con ellos, tenemos que pensar que no se comportan así a propósito, sino que se trata de respuestas automáticas sin que medie la conciencia. No hay mala intención.

  • Risas o sonrisas durante la regañina. Desquiciante, lo sabemos. Y el momento en el que muchos papás y mamás pierden la paciencia e incurren en el error de pegar. Pues bien, lo que nosotros interpretamos como una burla, no es más que una reacción normal que ocurre  cuando los centros neurológicos del miedo bloquean la capacidad de tomar decisiones. No lo hacen para faltarnos al respeto. 
  • Pegar. No nosotros a ellos, sino ellos a nosotros. Sí, sabemos que muchos y muchas lo habéis sufrido e incluso os ha deprimido, pero os explicamos por qué sucede esto. El cerebro de un niño o niña menor de cinco años no razona; sólo reacciona. Y las tres reacciones más comunes cuando se siente asustado son las siguientes: quedarse paralizado, huir o defenderse. Pegar a la persona que le está regañando es una forma de protegerse. Si nos calmamos, y les enseñamos que no hay que pegar, se sentirán más tranquilos.
  • Autolesionarse. Cuando un peque está disgustado puede agredirse (dándose cabezazos, golpeándose en la cara…) para expresar su malestar. Es una forma de sentir en el exterior el mismo dolor que siente en su interior. Si habéis tenido algún familiar con un alzhéimer avanzado, esa regresión a la infancia puede que os haya permitido observar comportamientos similares. Lo importante es que no permitamos que se haga daño, sino ayudarle a expresar sus emociones y evitar actuar con tanta dureza la próxima vez. 
  • Lanzamiento de objetos. Esto es como cuando nos vamos al gimnasio y nos ponemos a golpear el saco de boxeo para desahogarnos. Tirar objetos es una manera de expulsar el enfado que el adulto dejó dentro de él. En otros casos puede llegar a pegar a su hermanito o hermanita para soltar esa tensión emocional que tiene dentro. En realidad es muy bueno que aprendan a expresar la rabia, aunque debemos enseñarles otras formas de expresarla, empezando por nosotros mismos, aprendiendo a mostrar nuestro enfado sin perder los nervios.
  • Chuparse el dedo. La succión es un reflejo que desaparece alrededor de los dos años, pero que muchos niños utilizan para calmarse cuando sienten falta de soporte emocional. 
  • Llorar o enrabietarse. Cuando un niño recibe una regañina o no es tenido en cuenta, no lo verbalizará, pero se encontrará más sensible. Un llanto descontrolado, una rabieta o pedir las cosas lloriqueando es una manera de expresar su miedo e inseguridad. No lo hace porque sea un consentido ni para molestarnos; es su forma de expulsar su malestar.
  • Permanecer en silencio. Algunos niños y niñas se muestran muy callados después de una regañina o incluso se esconden en un rincón de la casa. Este comportamiento se debe a que están tratando de luchar contra sus emociones, por lo que no debemos agobiarles más, sino darles su tiempo, haciéndoles saber que, cuando estén preparados, estaremos allí para abrazarles y hacer las paces. Mientras tanto, es una buena ocasión para que pensemos cómo actuar de una forma más calmada la próxima vez. 

Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

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