Puede que se trate de uno de los temas que mayores quebraderos de cabeza, como papás y mamás, nos causa en nuestra relación con nuestros hijos e hijas y, no menos importante, en lo referente al imprescindible descanso nocturno que necesitamos. Así pues, aunque no dejamos de considerarlo atrevido, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori os vamos a proponer un sistema ideado por el reconocido neuropsicólogo Álvaro Bilbao, con el objetivo de evitar que nuestros pequeños y pequeñas vengan a nuestra cama por las noches.
Cuando hablamos de psicología inversa, es importante saber que se trata de una técnica arriesgada y que no siempre funciona. Sin embargo, lo que Bilbao propone no carece de lógica, y vamos a tratar de explicároslo de la manera más sencilla posible para que, llegado el momento, podáis ponerlo en práctica.
Si necesitas algo, puedes venir a nuestra cama.
La clave es la confianza, y es lo que debemos tener presente en todo momento. Cuando les decimos a nuestros hijos e hijas que si tienen miedo, o necesitan algo, pueden venir a nuestra cama, lo que realmente les estamos transmitiendo es la seguridad de que podrán acudir a sus papás y mamás si tienen una pesadilla, no pueden dormir, o les preocupa algún asunto. Sí, ya sabemos que de primeras puede parecer que con esto les estamos dando vía libre para que vengan a nuestra habitación cada dos por tres en plena noche y no nos dejen dormir, que es justo lo que no queremos, aparte del perjuicio que supone para ellos no dormir solos, dado que estarían retrocediendo en el proceso de independencia del que tanto os hemos hablado en otras entradas. Sin embargo, lo que Álvaro Bilbao defiende es que dándoles seguridad, lo que estamos consiguiendo es precisamente lo contrario a decirles que no pueden venir a nuestra cama. Restringiéndoles el acceso, el mensaje que les enviamos es que no tenemos ganas de atenderles ni disponibilidad para ellos, por lo que solo conseguiremos acrecentar sus temores e inseguridades, y en consecuencia los veremos corriendo a nuestra cama buscando sosiego con mayor frecuencia. Como pequeños y pequeñas que son, no entienden que nuestra respuesta está basada en el cansancio del día que hemos pasado, trabajando duro para poder mantenerlos, o incluso en el deseo de mantener unos momentos de intimidad con nuestra pareja, que tampoco están de más y no debemos sentirnos mal por ello. En cambio, si invertimos ese tiempo en calmarlos en lugar de ir apresurados, quedándonos con ellos hasta que se duerman, y les damos la confianza de que podrán venir a nuestro cuarto siempre que lo necesiten, lograremos el efecto deseado, pues se encontrarán más relajados y no sentirán el impulso de venir con tanta frecuencia.
Normalmente, y algunos papás y mamás ya lo tendrán más que comprobado, para un niño o niña, que los mayores le digan “no” equivale a un “sí”, y viceversa. Las prohibiciones son algo a lo que no pueden resistirse. Así las cosas, la psicología inversa de la que se nutre Álvaro Bilbao para poner en práctica este método pretende obtener a través de un falso “sí”, un progresivo “no”. Ya lo sabemos, nos ha quedado un poco trabalenguas. Para ser más precisos, si les damos seguridad a nuestros hijos e hijas, les estaremos ayudando a dormir mejor y a que no se despierten de madrugada atemorizados, buscando refugio en las camas de sus papás y mamás. Puede que al principio sigan acudiendo de vez en cuando, pero poco a poco iremos viendo reducidas sus visitas, mientras que si les prohibimos terminantemente que vengan, estaremos contribuyendo a ponerlos nerviosos y que les cueste más conciliar el sueño, viéndose abocados a buscar a papá y mamá para tranquilizarse.
¿Cómo reaccionar cuando nuestros hijos e hijas nos pregunten si pueden venir a nuestra cama por la noche?
- Claro que sí, cariño. Si esta noche necesitas algo, puedes venir a nuestra cama.
- Por supuesto que no. Te quedas en tu cama, que ya eres mayor.
Si tenéis alguna duda, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o incluso presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.