Mitos sobre el apego infantil que no son ciertos

niños jugando

Todos y todas hemos oído esas frases lapidarias de nuestras abuelas y madres respecto a las cosas que no tenemos que hacer con nuestros hijos, como si de un decálogo imbuido por una verdad absoluta se tratase. Afortunadamente, como vamos descubriendo poco a poco, tales afirmaciones, en la mayoría de los casos, no son ciertas y carecen de fundamento. En consecuencia, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a desmitificar algunos de estos comportamientos.

En primer lugar, antes de entrar en materia, debemos entender que un vínculo sano no sólo influye positivamente en el bienestar emocional del niño o niña, sino que también desempeña un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje, la adquisición de habilidades de aprendizaje y la capacidad de desenvolverse con seguridad y adaptarse en el ámbito social. Dicho esto, pasamos a desmentir y comprender plenamente el impacto de estos mitos en los peques. 

¿Cuáles son los mitos sobre el apego infantil?

niños en el patio mi cole

Trataremos de ser breves, que últimamente nos ponemos a hablar y las entradas se nos hacen muy largas. 

  • El apego se desarrolla durante los seis primeros meses. ¡Falso! El periodo que va desde los seis meses hasta el año es el más importante, dado que durante este segundo semestre de vida el bebé comienza a percatarse de cuando su mamá está y cuando no está a su lado, lo que se conoce como etapa de angustia o ansiedad por separación. Por esa razón, cuando se asuste resulta fundamental que sea atendido y se le dé la confianza pertinente por la figura de apego que tenga en ese momento. 
  • Los bebés con mejor apego se sienten bien con extraños. ¡Falso! No tiene nada que ver una cosa con la otra. De hecho, es muy normal que un peque no se sienta cómodo con un extraño, por muy buen apego que haya recibido. Y esto no es malo en sí, pues al llorar o protestar sólo transmite que se siente más cómodo en los brazos de papá o mamá. No obstante, no todos los niños y niñas tienen el mismo carácter, independientemente de la atención que hayan recibido.
  • El contacto físico y la lactancia mejoran el apego. ¡Falso! Las labores diarias relacionadas con el cuidado de nuestro hijo o hija, como por ejemplo el baño, cambiar el pañal, sostenerlo cuando llora o prepararle la comida son fundamentales en el desarrollo de la relación afectiva entre el peque y los padres. Y por supuesto, la alimentación con biberón no es incompatible en absoluto con la creación de un vínculo positivo y seguro, como suelen pensar muchas personas. Pero, ojo, que con esto no decimos que la lactancia sea mala, ni mucho menos.
  • Evitar las frustraciones del bebé contribuye al apego. ¡Falso! El hambre, el cansancio o el dolor son circunstancias totalmente naturales que provocan frustración. Y al igual que no podemos evitarlas en adultos, tampoco podemos hacerlo en los niños. Más bien, lo único que podemos hacer es mantenernos a su lado y tratar de transmitirles tranquilidad para que sufran lo menos posible. Vamos, lo mismo que nos gustaría que hicieran con nosotros cuando tenemos un problema: apoyo y comprensión. 
  • El colecho desarrolla el apego. ¡Falso! Aparte de que resulta la mejor opción para perder cualquier posibilidad de intimidad y apetito sexual en la pareja, lo que a la larga pasará factura, no hay ningún estudio que indique que colechar con el bebé esté más asociado a un vínculo seguro, ni que no colechar con nuestros hijos haga que sea lo contrario. El colecho tiene más beneficios a nivel de nutrición, ya que facilita la lactancia a demanda, o para el sistema cardiovascular, porque reduce el ritmo cardiaco, que sobre el apego.

Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.

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