En principio puede parecer algo extraño, e incluso esotérico, pero no por ello deja de ser tan cierto como que sale el sol cada mañana. Y la respuesta es aún más simple: nosotros. Los comentarios que les hacemos sus papás y mamás son lo que determina la voz interior de los niños y niñas.
Seguro que en más de una ocasión habéis escuchado la frase tan manida que dice lo siguiente: “hay formas y formas de decir las cosas”. Y no es que al decir algo en concreto estemos incurriendo en un error, sino que la manera de decirlo afecta al mensaje, genera ruido y además puede no ser la más apropiada para un determinado momento, caso o persona. Pues bien, con nuestros hijos e hijas sucede exactamente lo mismo. La forma de hacerles llegar un mensaje es muy importante, dado que condiciona sus pensamientos y su modo de ver y afrontar la realidad, además de las relaciones que establecen con otros niños y niñas de su edad, por no hablar de lo que puede llegar a afectarles en el futuro, siendo adultos.
La paciencia, en estos casos, suele ser un elemento determinante para decir las cosas en un tono correcto y empleando las palabras apropiadas. Y sí, ya sabemos que no siempre tenemos un buen día y que multitud de factores nos asaltan de manera cotidiana en nuestras relaciones. Sin embargo, desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a mostraros algunos ejemplos con los que ilustrar esto de lo que os hablamos.
¿Cómo trabajar la voz interior de los niños?
No lo contamos, lo hacemos. Así, mediante los colores verde (positivo) y rojo (negativo) podréis apreciar la gran diferencia que existe entre lo que decimos y lo que ellos y ellas entienden.
Papá y mamá dicen: “Cómo me gusta verte sonreír”.
Niño o niña entiende: “Merezco disfrutar y ser feliz”.
Papá y mamá dicen: “Has tratado muy bien a ese animalito”.
Niño o niña entiende: “Soy una persona amable y buena con los demás”.
Papá y mamá dicen: “¡Deja ya de llorar!”.
Niño o niña entiende: “Es mejor que no muestre mi tristeza ni sentimientos porque molestan a los demás”.
Papá y mamá dicen: “¡Hala! ¿Se te ha ocurrido a ti solito/a?”.
Niño o niña entiende: “Tengo buenas ideas y debo confiar en mí mismo/a”.
Papá y mamá dicen: “Siempre te estás quejando. ¡No te aguanto más!”.
Niño o niña entiende: “Mi forma de ser es molesta. No puedo mostrarme tal y como soy”.
Papá y mamá dicen: “Adoro abrazarte o tenerte en mis brazos”.
Niño o niña entiende: “Merezco ser amado sin tener que fingir ser alguien que no soy”.
Esperamos haberos ayudado con estos ejemplos ilustrativos. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.