Tal vez no os haya ocurrido nunca, y nosotras de lo que más nos alegramos. Pero si en algún momento, durante un enfado, no exactamente una rabieta, nuestro niño o niña nos ha premiado con un insulto del tipo: “Papá/mamá eres tonto/tonta” o similares, esta entrada puede resultaros de gran ayuda.
Para empezar, ¿por qué un niño nos insulta? Como para casi todo, pueden darse múltiples razones. Una de ellas, y quizá la más probable, es que lo haya escuchado en casa. Recordad que los peques aprenden por imitación, y lo que ven y escuchan es lo que más adelante harán y dirán, por eso es tan importante dar un buen ejemplo y tratarlos con respeto no sólo a ellos, sino también a nuestra pareja, tanto en su presencia como fuera de ella. Otro motivo posible es que lo haya escuchado en la guardería o colegio. Si bien esto no depende de nosotros como padres y madres, puesto que cada familia tiene sus normas, sí resulta fundamental buscar una escuela infantil a conciencia donde impere un ambiente de respeto tanto de las educadoras hacia los niños y niñas como entre ellos mismos. Y para finalizar, el último caso que se puede deducir es del mal ejemplo que hayan adquirido de sus primos o amiguitos cuando se reúnen con ellos.
¿Cómo evitar que nuestros hijos nos insulten?
Desde nuestra escuela infantil de metodología Montessori vamos a brindaros una estrategia que seguro que os funciona para reconducir a nuestros hijos e hijas cuando se comportan de este modo.
- Poner límites. En este caso, el camino no pasa por el clásico “eso no se dice”, porque les va a dar igual, e incluso es posible que hasta terminen riéndose, lo cual nos pondrá aún más nerviosos. Más bien, la estrategia a seguir es otra. Empezad por un “Cariño, ¿alguna vez te he llamado yo tonto (o cualquier otro insulto que nos haya dirigido) o alguna cosa fea que te haya hecho sentir mal? Si no lo hemos hecho, su respuesta será “no”. A lo que nosotros debemos contestar: “No lo hago porque te quiero y no quiero que te sientas mal. Te puedes enfadar conmigo, pero no me digas cosas que me pueden hacer sentir mal, ¿vale?” Y con total seguridad, nos responderá que está de acuerdo.
- Dar ejemplo. Si queremos proteger a nuestros hijos, es bueno que les enseñemos a enfadarse sin dañar a los demás. ¿Cómo hacerlo? Predicando con el ejemplo. La mejor manera es discutiendo en alguna ocasión con nuestra pareja, un amigo o compañero en su presencia, sin alzar el tono de voz ni recurrir a los insultos. Si no podemos dar ejemplo, no podremos aplicar el punto anterior y la estrategia se irá al traste, pues ¿cómo vamos a esperar que nos respeten si nosotros no los respetamos a ellos ni a los demás?
En muchas ocasiones, la educación que damos a nuestros hijos comienza en nosotros. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en contactar con nosotras a través del formulario de nuestra página web, vía llamada telefónica, o presencialmente en nuestro centro de educación infantil Mi Cole en Ruzafa, Valencia.